«Existe el estigma de que los jóvenes no queremos trabajar, y eso es mentira.» Isam Dani
Disfrutar del entorno natural mientras corre, camina o hace rutas en bicicleta es una de las cosas que más apasiona a Isam Dani, estudiante de CFGS en Sistemas Electrotécnicos y Automatizados, Robótica Industrial y joven Impulser de Torroella de Montgrí. Es el pequeño de cuatro hermanos y, aunque siempre ha tenido claro que quería continuar sus estudios, es consciente de que no todos los jóvenes tienen las mismas oportunidades a la hora de decidir. Explica que él ha podido escoger hacia dónde encaminar su futuro en gran parte gracias al acompañamiento de la Fundació Impulsa.
¿Cómo llegas a la Fundación Impulsa?
Recuerdo que estaba en clase, vino mi tutor y, a mí y a dos compañeros más, nos informó de la existencia de la Beca Impulsa y que creía que podíamos ser candidatos para recibirla. Quedaban tres días para presentar toda la documentación que requerían y lo preparé. Ese mismo verano me comunicaron que me habían aceptado, y eso me hizo muy feliz; creo que si no hubiera sido por la Fundación Impulsa, me habría costado mucho poder continuar los estudios, porque yo aún no había trabajado y no tenía ingresos, y en casa la situación económica era delicada. Fue una ayuda que me vino muy bien y también una buena dosis de motivación.
«[La Beca Impulsa] fue una ayuda que me vino muy bien y también una buena dosis de motivación»
Hablas de motivación. ¿Qué fue lo que te motivó al contar con la Beca Impulsa?
Además de la ayuda económica, la Fundación Impulsa te asigna un mentor y una técnica de referencia que te ayudan en lo que haga falta. Además, te comprometes a hacer unas horas de voluntariado, y eso a mí me hizo sentir muy bien, porque veía que aportaba a otros del mismo modo en que había gente que me estaba aportando a mí. Me motiva saber que detrás de la Fundación Impulsa hay personas que apuestan por nosotros.
¿Por qué crees que es importante esta confianza en los jóvenes?
A nivel social no se confía demasiado en la juventud. Existe el estigma de que los jóvenes no queremos trabajar, y eso es mentira. Lo que ocurre es que, tal y como está el mundo, si tienes dificultades económicas, el camino más fácil es dejar los estudios y ponerte a trabajar en empleos poco cualificados. Es muy importante saber que alguien confía en ti; es importante confiar en uno mismo, pero si además tienes personas a tu alrededor que confían en ti, sacas tus proyectos adelante con más seguridad.
«Es importante confiar en uno mismo, pero si además tienes personas a tu alrededor que confían en ti, sacas tus proyectos adelante con más seguridad»
¿Cómo ha sido tu primer contacto con el mundo laboral?
La primera vez que estuve en una empresa fue gracias al ciclo formativo de grado medio (CFGM) que cursé en mecánica; como era formación dual, me permitió hacer prácticas remuneradas en una empresa. Cuando terminé esas prácticas, me ofrecieron un contrato durante el verano, y entonces lo encadené con los estudios, haciendo el CFGS que estoy cursando ahora. Fue una muy buena experiencia, porque me permitió poner en práctica los conocimientos de lo que había estudiado y también ampliarlos. No es lo mismo hacer un diagnóstico de un coche en dos clases que en un taller, donde tienes que hacerlo cada vez que entra un vehículo. En la empresa adquieres una experiencia que es muy importante.
«No es lo mismo hacer un diagnóstico de un coche en dos clases que en un taller, donde tienes que hacerlo cada vez que entra un vehículo»
¿Por qué crees que te contrataron cuando terminaste las prácticas?
Durante las prácticas estuve muy a gusto con los compañeros del taller; me ayudaron mucho, me explicaban las cosas y me trataron muy bien. Además, estaban muy abiertos a todo lo que yo les podía aportar desde el instituto, porque ellos son mecánicos de oficio y valoraban que, más allá de seguir indicaciones, quisiera aportar y me escuchaban. Creo que les gustó que me implicara y fuera proactivo.
Gracias a haberte formado en un CFGM, obtuviste trabajo. Podrías haberte quedado en la empresa, pero decidiste seguir con un CFGS. ¿Por qué?
Siempre he tenido claro que quería seguir estudiando; para trabajar siempre habrá tiempo, pero estudiar no es lo mismo hacerlo con 18 que con 35 años. Pienso que es más enriquecedor seguir formándote, porque te abre muchas puertas, tanto a nivel laboral como personal.
«Pienso que es más enriquecedor seguir formándote, porque te abre muchas puertas, tanto a nivel laboral como personal»
¿Eso quiere decir que ya tienes previstos nuevos retos una vez termines el CFGS?
Mi idea, una vez acabe estos estudios, es ponerme a trabajar para, más adelante, prepararme las oposiciones para bombero. Siempre he sentido pasión por el entorno, y a raíz de unos incendios que hubo cerca de casa, en el macizo del Montgrí, me llamó la atención ser bombero: pienso que es un trabajo muy bonito en el que, además de trabajar, haces equipo, creas vínculos y una pequeña familia, mientras contribuyes a cuidar el territorio.
¿Crees que es importante crear vínculos?
Me gusta mucho la frase que dice “solo vas más rápido, pero acompañado vas más lejos”. Creo que es muy cierta. Aunque tendemos al individualismo, somos seres sociales y siempre nos necesitamos unos a otros. Es una idea que siempre he tenido muy presente y, cuando conocí la Fundación Impulsa, todavía le encontré más sentido a esta idea.
«Aunque tendemos al individualismo, somos seres sociales y siempre nos necesitamos unos a otros […] y, cuando conocí la Fundación Impulsa, todavía le encontré más sentido a esta idea»
¿Qué es lo que más valoras de lo que te aporta tu paso por la Fundación?
El acompañamiento de mi mentor y de la técnica de referencia. Y también me ayuda mucho la parte del Programa de Crecimiento Humano; a nivel personal, es muy enriquecedor porque aprendemos a gestionar problemas, emociones… Es algo a lo que hoy en día no se le da demasiada importancia. Yo nunca había recibido este tipo de ayuda y es muy gratificante contar con estas formaciones en crecimiento personal.
¿Cómo te han ayudado estas formaciones en competencias transversales?
Durante la semana de exámenes, por ejemplo, estaba muy estresado. Siempre me ayuda ir a correr por la montaña, pero estoy lesionado y no podía hacerlo. Por suerte, había aprendido a gestionar ese estrés de otras maneras. Es un aprendizaje que también sirve mucho en el ámbito laboral, así como el trabajo que hemos hecho para aprender a escuchar de forma proactiva y entender que hay diferentes puntos de vista, porque en las empresas convives con otros compañeros y siempre pueden surgir situaciones. Es importante saber gestionar problemas y resolverlos de forma efectiva. A veces, me fijo en compañeros de estudios y pienso que hay jóvenes a los que les iría muy bien trabajar estas competencias transversales para aprender que las emociones no deben controlarte, sino que tú tienes que ser quien las controle.
Completa la frase. Para ti, en una palabra, la Fundación Impulsa es…
Optimismo.