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«Existe el estigma de que los jóvenes no queremos trabajar, y eso es mentira.» Isam Dani

Disfrutar del entorno natural mientras corre, camina o hace rutas en bicicleta es una de las cosas que más apasiona a Isam Dani, estudiante de CFGS en Sistemas Electrotécnicos y Automatizados, Robótica Industrial y joven Impulser de Torroella de Montgrí. Es el pequeño de cuatro hermanos y, aunque siempre ha tenido claro que quería continuar sus estudios, es consciente de que no todos los jóvenes tienen las mismas oportunidades a la hora de decidir. Explica que él ha podido escoger hacia dónde encaminar su futuro en gran parte gracias al acompañamiento de la Fundació Impulsa.

¿Cómo llegas a la Fundación Impulsa?
Recuerdo que estaba en clase, vino mi tutor y, a mí y a dos compañeros más, nos informó de la existencia de la Beca Impulsa y que creía que podíamos ser candidatos para recibirla. Quedaban tres días para presentar toda la documentación que requerían y lo preparé. Ese mismo verano me comunicaron que me habían aceptado, y eso me hizo muy feliz; creo que si no hubiera sido por la Fundación Impulsa, me habría costado mucho poder continuar los estudios, porque yo aún no había trabajado y no tenía ingresos, y en casa la situación económica era delicada. Fue una ayuda que me vino muy bien y también una buena dosis de motivación.

«[La Beca Impulsa] fue una ayuda que me vino muy bien y también una buena dosis de motivación»

Hablas de motivación. ¿Qué fue lo que te motivó al contar con la Beca Impulsa?
Además de la ayuda económica, la Fundación Impulsa te asigna un mentor y una técnica de referencia que te ayudan en lo que haga falta. Además, te comprometes a hacer unas horas de voluntariado, y eso a mí me hizo sentir muy bien, porque veía que aportaba a otros del mismo modo en que había gente que me estaba aportando a mí. Me motiva saber que detrás de la Fundación Impulsa hay personas que apuestan por nosotros.

¿Por qué crees que es importante esta confianza en los jóvenes?
A nivel social no se confía demasiado en la juventud. Existe el estigma de que los jóvenes no queremos trabajar, y eso es mentira. Lo que ocurre es que, tal y como está el mundo, si tienes dificultades económicas, el camino más fácil es dejar los estudios y ponerte a trabajar en empleos poco cualificados. Es muy importante saber que alguien confía en ti; es importante confiar en uno mismo, pero si además tienes personas a tu alrededor que confían en ti, sacas tus proyectos adelante con más seguridad.

«Es importante confiar en uno mismo, pero si además tienes personas a tu alrededor que confían en ti, sacas tus proyectos adelante con más seguridad»

¿Cómo ha sido tu primer contacto con el mundo laboral?
La primera vez que estuve en una empresa fue gracias al ciclo formativo de grado medio (CFGM) que cursé en mecánica; como era formación dual, me permitió hacer prácticas remuneradas en una empresa. Cuando terminé esas prácticas, me ofrecieron un contrato durante el verano, y entonces lo encadené con los estudios, haciendo el CFGS que estoy cursando ahora. Fue una muy buena experiencia, porque me permitió poner en práctica los conocimientos de lo que había estudiado y también ampliarlos. No es lo mismo hacer un diagnóstico de un coche en dos clases que en un taller, donde tienes que hacerlo cada vez que entra un vehículo. En la empresa adquieres una experiencia que es muy importante.

«No es lo mismo hacer un diagnóstico de un coche en dos clases que en un taller, donde tienes que hacerlo cada vez que entra un vehículo»

¿Por qué crees que te contrataron cuando terminaste las prácticas?
Durante las prácticas estuve muy a gusto con los compañeros del taller; me ayudaron mucho, me explicaban las cosas y me trataron muy bien. Además, estaban muy abiertos a todo lo que yo les podía aportar desde el instituto, porque ellos son mecánicos de oficio y valoraban que, más allá de seguir indicaciones, quisiera aportar y me escuchaban. Creo que les gustó que me implicara y fuera proactivo.

Gracias a haberte formado en un CFGM, obtuviste trabajo. Podrías haberte quedado en la empresa, pero decidiste seguir con un CFGS. ¿Por qué?
Siempre he tenido claro que quería seguir estudiando; para trabajar siempre habrá tiempo, pero estudiar no es lo mismo hacerlo con 18 que con 35 años. Pienso que es más enriquecedor seguir formándote, porque te abre muchas puertas, tanto a nivel laboral como personal.

«Pienso que es más enriquecedor seguir formándote, porque te abre muchas puertas, tanto a nivel laboral como personal»

¿Eso quiere decir que ya tienes previstos nuevos retos una vez termines el CFGS?
Mi idea, una vez acabe estos estudios, es ponerme a trabajar para, más adelante, prepararme las oposiciones para bombero. Siempre he sentido pasión por el entorno, y a raíz de unos incendios que hubo cerca de casa, en el macizo del Montgrí, me llamó la atención ser bombero: pienso que es un trabajo muy bonito en el que, además de trabajar, haces equipo, creas vínculos y una pequeña familia, mientras contribuyes a cuidar el territorio.

¿Crees que es importante crear vínculos?
Me gusta mucho la frase que dice “solo vas más rápido, pero acompañado vas más lejos”. Creo que es muy cierta. Aunque tendemos al individualismo, somos seres sociales y siempre nos necesitamos unos a otros. Es una idea que siempre he tenido muy presente y, cuando conocí la Fundación Impulsa, todavía le encontré más sentido a esta idea.

«Aunque tendemos al individualismo, somos seres sociales y siempre nos necesitamos unos a otros […] y, cuando conocí la Fundación Impulsa, todavía le encontré más sentido a esta idea»

¿Qué es lo que más valoras de lo que te aporta tu paso por la Fundación?
El acompañamiento de mi mentor y de la técnica de referencia. Y también me ayuda mucho la parte del Programa de Crecimiento Humano; a nivel personal, es muy enriquecedor porque aprendemos a gestionar problemas, emociones… Es algo a lo que hoy en día no se le da demasiada importancia. Yo nunca había recibido este tipo de ayuda y es muy gratificante contar con estas formaciones en crecimiento personal.

¿Cómo te han ayudado estas formaciones en competencias transversales?
Durante la semana de exámenes, por ejemplo, estaba muy estresado. Siempre me ayuda ir a correr por la montaña, pero estoy lesionado y no podía hacerlo. Por suerte, había aprendido a gestionar ese estrés de otras maneras. Es un aprendizaje que también sirve mucho en el ámbito laboral, así como el trabajo que hemos hecho para aprender a escuchar de forma proactiva y entender que hay diferentes puntos de vista, porque en las empresas convives con otros compañeros y siempre pueden surgir situaciones. Es importante saber gestionar problemas y resolverlos de forma efectiva. A veces, me fijo en compañeros de estudios y pienso que hay jóvenes a los que les iría muy bien trabajar estas competencias transversales para aprender que las emociones no deben controlarte, sino que tú tienes que ser quien las controle.

Completa la frase. Para ti, en una palabra, la Fundación Impulsa es…
Optimismo.

«Cuando hay personas que se quedan atrás, se pone en riesgo la cohesión social, y es necesario afrontarlo, ya que sus consecuencias también impactan en el mundo empresarial.» — Xavier Carles

Xavier Carles i Tort es socio y director general de Grup Carles. Ingeniero técnico industrial en química y mecánica (UPC), y formado en posgrados en gestión medioambiental y dirección empresarial (IESE), su incorporación a la empresa fue ligada al lanzamiento de los servicios de consultoría medioambiental, precursora del actual área de Consultoría en Sostenibilidad. Posteriormente, dirigió algunas de las filiales del Grupo, para después asumir la Dirección General corporativa. Actualmente, el Grup Carles está formado por cinco empresas, más de 100 profesionales y una larga lista de clientes y colaboradores que reman para ofrecer servicios transversales en diferentes ámbitos. Además de ser Organización Impulsora, el Grup Carles tiene la suerte de que su director sea también Embajador de la Fundació Impulsa en la Anoia.

Grup Carles ofrece un servicio multidisciplinar poco habitual en el mercado actual. ¿En qué se concreta esta oferta?
La amplitud de servicios nos viene desde la fundación de la empresa por parte de mi abuelo, mi padre y mi tío. Mi padre es ingeniero y mi tío economista, y ya desde el principio ofrecieron servicios de ingeniería y asesoramiento fiscal, que se han ido ampliando anticipándonos a las necesidades de los clientes. En Grup Carles creemos que es importante la especialización para poder dar respuesta a las necesidades concretas de forma profesional, y a la vez sabemos que a menudo es necesario poder abordar aspectos de forma transversal. Contamos con profesionales especialistas en su rama y ámbito de actuación, pero al mismo tiempo tenemos la capacidad de coordinarnos transversalmente para ofrecer un servicio multidisciplinar. Esta especialización y transversalidad son la fuerza del Grupo.

«Contamos con profesionales especialistas en su rama y ámbito de actuación, pero al mismo tiempo tenemos la capacidad de coordinarnos transversalmente para ofrecer un servicio multidisciplinar.»

¿Podemos decir que tocáis casi todos los sectores de la economía?
Actualmente, ofrecemos servicios de ingeniería y consultoría en sostenibilidad, asesoramiento fiscal, contable y laboral, asesoramiento jurídico y consultoría en dirección de personas, y finalmente servicios inmobiliarios. También tenemos Grup Carles Rural, una filial que se dedica a ofrecer servicios en el sector agrícola y ganadero. Además, tenemos otra participada, que es una correduría de seguros. Podemos decir que, en cierto modo, tocamos casi todas las ramas, sí.

Tu incorporación al Grup Carles fue ligada al desarrollo de la consultoría medioambiental. ¿Qué os llevó a crear esta nueva rama?
En aquel momento, la cuestión ambiental empezaba a aflorar. Se había creado el Departamento de Medio Ambiente de la Generalitat de Cataluña y las empresas comenzaban a notar cierta presión para adaptarse a las nuevas regulaciones ambientales. Como Grupo, vi una oportunidad para dar respuesta; tenía ganas de innovar y, como área de negocio, el ámbito medioambiental me motivaba desde el punto de vista de los valores.

«Tenía ganas de innovar y, como área de negocio, el ámbito medioambiental me motivaba desde el punto de vista de los valores.»

¿Cuál es el mayor desafío en términos de sostenibilidad?
La sostenibilidad se entiende desde tres vertientes: la económica, la social y la ambiental. Tenemos una gran amenaza global, que es el cambio climático, y hay que darle respuesta. Y tenemos retos importantes relacionados con el mantenimiento de la cohesión social. Aquí se engloban diferentes aspectos: desde temas relacionados con la vivienda hasta el desempleo juvenil, la inmigración… Cuando hay personas que quedan atrás, se pone en riesgo la cohesión social, un valor fundamental que debemos preservar, y hay que afrontarlo porque sus consecuencias también impactan en el mundo empresarial. Después están también los desafíos a nivel empresarial, como puede ser la atracción del talento, ya que nos encontramos ante una escasez de profesionales formados y con motivación.

«Tenemos retos importantes relacionados con el mantenimiento de la cohesión social (…) y también hay desafíos a nivel empresarial, como la atracción del talento.»

¿Es esa percepción de falta de talento lo que te lleva a hacerte Embajador de la Fundació Impulsa en la Anoia?
Cuando conocí el proyecto, enseguida me atrapó y nos implicamos como empresa haciendo mentoría a un joven en Osona, donde también tenemos una oficina. Es un proyecto impulsado desde el mundo empresarial, del que yo provengo; está gestionado con unos criterios de eficiencia empresarial, con un equipo técnico muy profesional y con mucha alma, y me gustó que era un proyecto muy escalable y que se quería extender por todo el país de forma eficiente. Entonces, consciente de la realidad de jóvenes de la Anoia que abandonaban prematuramente los estudios por situaciones de vulnerabilidad social y económica, y de empresas que, como la nuestra, sufren la falta de personal cualificado, pensé que tenía mucho sentido implantar el proyecto en la Anoia. Dijimos que no solo colaboraríamos desde la empresa haciendo donaciones y mentoría, sino que me veía con ánimos de llevar este proyecto a la Anoia. Y así nace mi implicación como Embajador de la Fundació Impulsa.

«[El proyecto de la Fundació Impulsa] está gestionado con unos criterios de eficiencia empresarial, con un equipo técnico muy profesional y con mucha alma, y me gustó que era un proyecto muy escalable y que se quería extender por todo el país de forma eficiente.»

¿Cómo vives esta experiencia?

Pienso que es muy importante este trabajo en red que se forja a través del Método Impulsa. Los jóvenes necesitan una formación y una titulación, es la puerta de entrada al mundo laboral; formación para obtener una titulación, pero también para adquirir una formación en valores y competencias transversales. Para conseguirlo, se necesita una estabilidad mínima que lo permita, y también referentes que les ayuden a no perder el foco. Por eso, el hecho de lograr que instituciones, empresas, entidades, centros educativos, mentores… rememos juntos para contribuir a esta tarea es muy enriquecedor y satisfactorio.

«Los jóvenes necesitan una formación y una titulación, es la puerta de entrada al mundo laboral; formación para obtener una titulación, pero también para adquirir una formación en valores y competencias transversales»

¿Tienes confianza en los jóvenes?
Sé que es difícil no caer en tópicos, pero no creo en las generalizaciones pesimistas que se hacen de los jóvenes. Es cierto que hay elementos generacionales y que pueden tener un sentimiento de desesperanza porque les estamos dejando un mundo muy complicado, pero pienso que los jóvenes están muy preparados. Hay muchos que saben lo que quieren y que tienen ganas de mejorar el mundo, y yo creo en ellos.

«Pienso que los jóvenes están muy preparados. Hay muchos que saben lo que quieren y que tienen ganas de mejorar el mundo, y yo creo en ellos»

¿Ser Embajador de la Fundació Impulsa es una manera de mostrar esta apuesta por el futuro?
Los jóvenes de Impulsa son jóvenes que no lo tienen fácil, pero que tienen la motivación para seguir adelante; por lo tanto, creo que son quienes más ganas tienen de aprovechar las oportunidades. Me atrevería a decir que su paso por la Fundació Impulsa los deja en una situación mejor que la media de jóvenes; aprovechan mucho esta oportunidad y también toda la formación que reciben en competencias transversales, orientación laboral… Los jóvenes Impulsers son jóvenes que terminan los estudios con una preparación superior a la media.

«Los jóvenes Impulsers son jóvenes que terminan los estudios con una preparación superior a la media»

Completa la frase. Para ti, en una palabra, la Fundació Impulsa es…
Compromiso.

«Lo que antes hacían en cinco semanas, ahora con la IA se hace en cinco minutos»

 

#ProtagonistaImpulsa 

Enric Plana, CEO de M47Labs, empresa pionera en el sector de la inteligencia artificial. En su apuesta por las personas y la formación, forman parte de la Fundació Impulsa como Organización Impulsora.

Enric Plana es CEO de M47Labs, empresa pionera en el sector de la inteligencia artificial (IA) que desde 2018 se dedica a ayudar a sus clientes a implementar la IA en distintos proyectos. M47Labs comenzó su trayectoria con dos socios y actualmente cuenta con 180 trabajadores de 25 países distintos. En su apuesta por las personas y la formación, forman parte de la Fundació Impulsa como Organización Impulsora.

¿Podemos decir que sois una empresa relativamente joven? ¿Cómo nace M47Labs?
Sí, realmente somos bastante jóvenes tanto por los años que hace que existe M47Labs como por las personas que formamos parte de la empresa. Empezamos con el tema de la IA antes del boom de ChatGPT y hemos ido creciendo. Yo había trabajado bastantes años en Silicon Valley en grandes empresas tecnológicas y veía que se subcontrataban muchas áreas de tecnología en grandes consultoras que no cuidaban demasiado a las personas y con un conocimiento técnico limitado, y cuando volví a España vi como una oportunidad ofrecer servicios desde una perspectiva más humana.

«Cuando volví a España vi como la oportunidad de ofrecer servicios desde una perspectiva más humana»

¿En qué consiste exactamente vuestro trabajo?
Somos una empresa de servicios de ingeniería centrada en proyectos de IA, y lo que hacemos es ayudar a los clientes a optimizar procesos: por ejemplo, para una conocida compañía de transporte que recibe muchas llamadas de quejas, incidencias y dudas, lo que hace que estén colapsados y no puedan gestionarlo ni dar el servicio que querrían. Desde el punto de vista tecnológico, estamos trabajando en una propuesta para hacer un primer filtro mediante un sistema automático de IA que reduce entre un 50 y un 60% de las llamadas respondiendo a los usuarios. De este modo, las personas que se dedican a la atención telefónica pueden contestar preguntas más complejas que quizás hasta ahora ni siquiera podían llegar a atender.

En M47Labs empezasteis siendo dos socios. ¿Cómo se pasa de dos a 180 trabajadores?
La verdad es que han sido seis años que han pasado muy rápido: hemos tenido unos clientes que han crecido con nosotros y el boom de la IA nos ha ayudado porque nosotros ya estábamos posicionados en este sector. En Cataluña somos de las primeras consultoras en IA y hemos hecho proyectos de referencia. Hemos trabajado bien, ofreciendo calidad y sabiendo adaptarnos a las necesidades del momento; además, hemos crecido orgánicamente. Siempre hemos priorizado el crecimiento sostenible: preferimos hacer las cosas bien que hacer muchas; calidad frente a cantidad. Nos interesa crecer en diferentes sectores, pero no pensamos en cuánto queremos facturar de cada uno de ellos cuando definimos el plan estratégico, sino que ponemos el foco en el proyecto en sí y en el valor que podemos aportar.

Tenéis trabajadores procedentes de 25 países diferentes. ¿Esta diversidad también forma parte del éxito de M47Labs?
Uno de nuestros pilares de trabajo se centra en las personas y en la configuración de los equipos. Creemos que cuanto más diverso es un equipo, más ideas y menos sesgados son los proyectos, porque se tienen en cuenta muchas opiniones, visiones y formas de trabajar diferentes, y eso aporta mucho. También cada proyecto requiere unas cualidades distintas; muchos están relacionados con el lenguaje, y cuando trabajas para una empresa italiana, por ejemplo, además del conocimiento técnico de los ingenieros, necesitas también que dominen el idioma. Es muy importante que la gente que trabaja en una empresa pueda sentirse realizada y se implique en la solución de los problemas de los clientes; el hecho de tener equipos que puedan desarrollarse personalmente supone una cadena de valor que se refleja en el trabajo final. Y este es un enfoque diferente al de muchas grandes multinacionales, que priorizan los beneficios de la empresa por encima de la cultura de valores.

«Tener equipos que puedan desarrollarse personalmente supone una cadena de valor que se refleja en el trabajo final»

¿Qué tenéis en cuenta a la hora de seleccionar a los trabajadores?
Damos mucha importancia a las competencias transversales. Si tienes personas con mucho talento tecnológico pero que no saben trabajar en equipo, por ejemplo, eso repercute negativamente en los proyectos. A la hora de seleccionar al personal y formar los equipos, requerimos unas habilidades competenciales básicas para que los trabajadores estén alineados con los valores de la empresa, como pueden ser la comunicación efectiva, el trabajo en equipo, el pensamiento crítico, la apertura al cambio… A partir de ahí, de las 12 habilidades básicas para la empresa, hay un grupo clave para cada perfil que buscamos.

«A la hora de seleccionar al personal y formar los equipos, requerimos unas habilidades competenciales básicas para que los trabajadores estén alineados con los valores de la empresa»

¿Qué os llevó a apostar por la IA?
Siempre me gusta estar al día, y la IA ya era algo bastante interesante y se le veía mucho potencial. Creemos que la IA es tan transformadora como Internet o como los primeros ordenadores; estamos en una fase un poco embrionaria, pero cada vez se aplica más, y esto es solo el principio. Desde esta convicción, apostamos por mejorar la eficiencia de los procesos empresariales y los proyectos core de nuestros clientes. Es el caso, por ejemplo, de una empresa de seguros a la que estamos ayudando a automatizar el proceso de gestión de reclamaciones: lo que antes hacían en cinco semanas, ahora con la IA se hace en cinco minutos. Esto permite que las personas que tienen la experiencia sobre la aprobación final ahora puedan estar revisando y aportando valor a las reclamaciones más complejas.

¿Esta automatización de procesos mediante IA puede verse también como un peligro?
La IA, cuando se utiliza de manera adecuada, tiene el potencial de capacitar a las personas y permitir que den lo mejor de sí mismas. Por ejemplo, pensemos en un médico de un CAP que tiene que visitar a 40 pacientes en un día, dedicando solo 5 minutos a cada uno. Gracias a la tecnología basada en IA, esos 5 minutos pueden ser mucho más efectivos y de mayor calidad para el paciente. La IA puede analizar muchas variables y ayudar a avanzar parte del trabajo, permitiendo que el especialista se centre en su tarea esencial. De esta forma, la IA no solo ayuda al profesional, sino que también aporta un valor significativo tanto al paciente como al sistema de salud en general.

¿Es esta voluntad de aportar valor la que os ha llevado a ser Organización Impulsora de la Fundació Impulsa?
Siempre intentamos trabajar en proyectos que tengan impacto social. Hace poco que hemos empezado a colaborar con el Hospital del Mar, que tiene un centro de psiquiatría en el que atienden muchos casos de ansiedad, y estamos viendo cómo, a través de nuestra experiencia, podemos ayudarles a revertir la situación, mejorando la interacción y el control de pacientes. Como empresa a la que le va relativamente bien, tenemos el deber de ayudar tanto como podamos; por eso, cuando conocimos el proyecto de la Fundació Impulsa, nos atrajo mucho por el impacto local y tangible que tiene. La educación nos iguala, y cuando las situaciones familiares y socioeconómicas no te permiten tener acceso a la educación, es mucho más difícil salir de contextos de vulnerabilidad. Hay estudios que demuestran esta correlación entre quién finaliza los estudios y quién no, y pienso que la labor de la Fundació Impulsa aquí tiene un impacto muy grande; se hace un trabajo muy eficiente.

«[…] el proyecto de la Fundació Impulsa nos atrajo mucho por el impacto local y tangible que tiene»

Completa la frase. Para ti, en una palabra, la Fundació Impulsa es…
Conocimiento y crecimiento.

«La mayoría de los trabajos no se han adaptado a los cambios de actitudes y aptitudes que tienen los jóvenes, lo que provoca un desajuste entre las nuevas generaciones y lo que la empresa espera»

#ProtagonistaImpulsa 

Tania Nadal, embajadora de la Fundación Impulsa en Sabadell y promotora del voluntariado de inglés por parte de jóvenes y empresas.

Formada en el Haverford College y en la Universidad de Harvard, Estados Unidos, y en el Programa de liderazgo e innovación de ESADE, la trayectoria profesional de Tania Nadal es extensa. Miembro de la junta directiva de Egarsat, mutua de accidentes de trabajo y del consejo de administración del grupo hospitalario Clínicas Mi, también ha sido directora general del Women’s Health Institute, directora de estrategia de la Fundación Itinerarium, directora del gabinete de presidencia de Bankinter y consejera delegada de Comerzia, entre otras responsabilidades. Actualmente, es directora gerente de la Clínica Tres Torres y presidenta del Consejo Social de la Universidad Autónoma de Barcelona, ​​es también Embajadora de la Fundación Impulsa en Sabadell e impulsora de las clases gratuitas en Impulsers gracias al voluntariado de jóvenes y empresas.

¿Te gusta liderar?
Me gusta la dirección de empresa, porque me gusta entrar en la gestión micro de las organizaciones, encontrar la forma eficiente de hacer funcionar los equipos, etc.

¿Por qué crees que es importante la gestión de equipos?
La materia prima de todos los trabajos son personas y equipos, y es una pieza de la organización delicada de gestionar, pero también es muy gratificante. Cuando tratas con personas, tratas con todos sus problemas, y esto es cada vez más complicado.

¿Cuáles son los problemas más habituales a la hora de lidiar con el día a día de los trabajadores y trabajadoras?
Aumentan las bajas, el compromiso con el trabajo cuesta que sea alto y esto es un problema para los valores en los que se está educando. Antes no había tanta movilidad de trabajos, y eso tiene cosas buenas y malas. Existe mucha más información que antes y resulta mucho más fácil comparar y ver qué se ofrece en otras bandas. Por lo general, los jóvenes están desencantados con muchos aspectos de la vida; creo que les falta encontrar la motivación por exceso de opciones y de información. Esto les dificulta saber qué quieren, animarse o motivarse, lo que hace que tengan menos compromiso. Por suerte, no todos son así, pero es algo a tener en cuenta y que se debe trabajar.

¿Qué esperan de un joven las empresas?
A las empresas todavía les cuesta entender las nuevas necesidades de los jóvenes. Antes vivíamos para trabajar y ahora los jóvenes trabajan por vivir. La mayoría de los trabajos no se han adaptado a los cambios de actitudes y aptitudes que tienen los jóvenes, lo que provoca un desajuste entre las nuevas generaciones y lo que la empresa espera, sin embargo, en la medida en que como empresas somos capaces de cambiar la mirada, nos encontramos en un momento muy interesante y que se convierte en un reto para las personas que estamos liderando.

«A las empresas todavía les cuesta entender las nuevas necesidades de los jóvenes. Antes vivíamos para trabajar y ahora los jóvenes trabajan para vivir.»

¿Cómo se afronta ese reto?
Yo intento ser optimista: creo que es una generación con mejor formación que cualquier otra y que tienen muchísimas oportunidades. Cuando se consiga encontrar el equilibrio entre las nuevas generaciones y lo que la empresa espera, será muy sano para la sociedad. También es necesario reformular la educación: hay clases que todavía se están impartiendo siguiendo la metodología que recibían nuestros abuelos, y ahora esto no toca. Ni tampoco toca evaluar cómo se hace. Hacen falta formaciones mucho más prácticas que enseñen a los jóvenes también a utilizar las nuevas tecnologías para llegar.

«Hay que formar más lejos de dónde hemos llegado nosotros. Aquí la Formación Profesional tiene un papel fundamental y se convierte también en una forma más atractiva e interesante para que los jóvenes continúen sus estudios. Además, son estudios mucho más enfocados a los puestos de trabajo y también más buscados por las empresas.s mucho más prácticas que enseñen también a los jóvenes a utilizar las nuevas tecnologías para llegar más lejos de dónde hemos llegado nosotros. Aquí la Formación Profesional tiene un papel fundamental.»

¿Es un ejemplo de tu confianza en los jóvenes el hecho de ser la Embajadora de la Fundación Impulsa en Sabadell? ¿Cómo nace este vínculo?

Por casualidades de la vida, me puse en contacto con la Fundación Impulsa hace cuatro años por un tema de mentoría; en EE.UU. la mentoría está muy arraigada y creo mucho. Conocí el proyecto y lo encontré precioso: ataca un problema muy real que tenemos en la sociedad y trabaja con jóvenes que viven a 200 metros de casa y que van a la misma escuela que mis hijos; esto me enamoró.

Por un lado, existen estos jóvenes que tienen la motivación para seguir estudiando, pero que les faltan los recursos para hacerlo; y, por otra, las empresas pidiendo perfiles técnicos para cubrir puestos de trabajo que hoy en día no se están cubriendo. Vi clarísimo el proyecto, está muy bien pensado, cuenta con un equipo humano impresionante detrás y persigue un objetivo muy claro, cuyos resultados prueban que el Método Impulsa funciona y es necesario.

¿Cómo animas a nuevas empresas a sumarse al proyecto de la Fundació Impulsa?
A cambio de aportaciones relativamente pequeñas, las empresas tienen la oportunidad de cambiar la vida de personas que están junto a casa y contribuir a tener mano de obra más calificada. Es una ganancia para todos. Además, también les digo que aprovechen para implicarse haciendo mentoría en las diferentes modalidades que ofrece la Fundación Impulsa y que se convierte también en una herramienta para facilitar a los trabajadores y trabajadoras lo que comentábamos antes: más allá de un sueldo y un buen horario , los trabajadores piden a las empresas que les ofrezcan cosas fuera del trabajo, y la mentoría social es una muy buena manera de fidelizar a trabajadores.

Crees mucho en la mentoría. ¿Por qué?

Es una manera muy bonita y fácil de apoyar y acompañar de forma poco intrusiva, pero muy efectiva. Es muy beneficiosa para los mentorados, pero también para los mentores; cada vez hay más personas que sabemos que recibimos mucho más cuando damos a los demás, aunque no siempre podemos adquirir los compromisos que quisiéramos por falta de tiempo. No es fácil poder hacerlo de forma flexible y que te aporte tanto como la mentoría que ofrece la Fundación Impulsa, que te da una satisfacción muy grande porque vives los resultados en primera persona.

Completa la frase. Para ti, en una palabra, la Fundación Impulsa es…

Oportunidades.

Nadie te da nada a cambio de nada, pero si ven que eres trabajadora, responsable y te desenvuelves bien, las personas te ofrecen oportunidades.

#ProtagonistaImpulsa 

Georgina Orero, CFGS Mecánica de Competición
Joven #Impulser de la Garrotxa

Georgina Orero tiene 21 años, vive en Girona con su pareja y actualmente trabaja en Rigau Grup liderando la línea de negocios de electrónica automotriz de esta empresa, que también se dedica a la cerrajería y la seguridad. Desde pequeña ha tenido claro que quería dedicarse a la automoción y la competición, y durante cinco años la Fundación Impulsa la ha acompañado para lograr este desafío.

Una mujer con vocación por la automoción. ¿Podemos decir que rompes estereotipos?

Desde el primer año he sido la única chica en clase, y así a lo largo de los cinco años que he estado haciendo FP. Lo cierto es que he sido bastante discriminada por mis compañeros; les molestaba que una mujer fuera mejor que ellos. A pesar de ello, nunca me he sentido sola, porque tenía mi grupo y el profesorado me trató muy bien. En el mundo de la competición la cosa cambia y siempre tienes las cámaras encima y te hacen entrevistas solo por ser mujer, cuando, por otro lado, la realidad es que los directivos no acaban de creer que puedas ser buena por ser mujer. He vivido situaciones en las que me han dicho que no porque no querían mujeres en el equipo. Por eso siempre me he esforzado y he querido ser mejor en todos los aspectos, para demostrar que ser mujer no me convierte en menos profesional ni que, por serlo, deba tener menos derechos.

¿De dónde viene esta pasión?

Desde pequeña corría con autos, y mi madre me dijo que lo dejara porque me podía hacer mucho daño. Entonces decidí que quería ser mecánica y durante toda la etapa de la ESO tuve claro que quería seguir estudiando y hacer un ciclo formativo para lograrlo. Tuve mucho apoyo de mis profesores del Instituto Bosc de la Coma, que se involucraron mucho en mis estudios y crearon optativas casi solo para mí y otros dos compañeros, porque no había optativas de este tipo.

«Decidí que quería ser mecánica y toda la etapa de la ESO tuve claro que, al terminar, quería seguir estudiando y hacer un ciclo formativo para lograrlo».

Por lo que dices, ¿el profesorado ha sido un buen aliado para lograr este desafío?

Todos mis profesores sabían que quería hacer un ciclo muy específico, y por eso me propusieron presentar mi candidatura a las Becas Impulsa, porque los estudios que quería cursar solo los podía hacer en la Escola Tècnica Girona (ETG), y esto suponía un gasto que no me hubiera podido permitir. La alternativa era cursar FP en cualquier otro centro que ofreciera este grado, pero esta opción no me permitía llegar a hacer lo que yo quería, la parte de competición.

Georgina, junto al piloto, en la parrilla de salida antes de comenzar la carrera.

«La alternativa era cursar FP en cualquier otro centro donde hicieran este grado, pero esta opción no me permitía llegar a hacer lo que yo quería, la parte de competición.»

¿Cómo ha sido tu paso por la Formación Profesional?

Realmente me ha ido muy bien. Éramos 15 alumnos, y eso permite que el profesorado pueda conocerte muy bien y personalizar tus estudios. Si ven que te esfuerzas, te dan más. Además, en la parte práctica teníamos un motor de coche para dos personas, lo que nos permitía practicar mucho.

¿Lo que más valoras de la FP es la parte de prácticas?

Las prácticas que pude hacer tanto en el ciclo de grado medio como luego en el ciclo de grado superior me han dado una experiencia muy buena, y esto me ayudó muchísimo cuando fui a hacer prácticas a una empresa, porque llegué al taller y gracias a las prácticas hechas durante el ciclo formativo era como si llevara toda la vida; lo tenía todo muy a mano. Las prácticas del ciclo me ayudaron mucho a la hora de estar en un taller en el mundo laboral.

«Llegué al taller y, gracias a las prácticas hechas durante el Ciclo Formativo, era como si llevara toda la vida; lo tenía todo muy a mano.»

¿Esto significa que tienes un buen recuerdo de la estancia de prácticas en la empresa?

Sí, fue una experiencia muy buena. Primero, estuve en un taller de coches y luego quise hacer la segunda parte de las prácticas en un taller de motos para adquirir experiencia que no tenía, porque sabía que comenzaría la especialidad de competición en el ciclo superior. Fue una suerte haber podido estar en este segundo taller al cursar CFGS de Automoción.

Tu experiencia en automoción, ¿va más allá de las prácticas en empresa dentro del ciclo, verdad?

Sí, gracias a la bolsa de trabajo, he ido de circuito en circuito por campeonatos de toda España haciendo prácticas no remuneradas. Esto también me dio la oportunidad de hacer una estancia de un mes en Grecia, en un rally. Fue una experiencia muy interesante y complicada a la vez, porque estuve un mes sin ir a clases y tenía la sensación de que no lo atraparía todo.

 

Georgina en el box, esperando a que se ponga el semáforo en verde para que el piloto salga a hacer tandas en el circuito y pueda ir con los pilotos experimentados.

 

Sí, por suerte, me lo saqué todo. De hecho, hubo compañeros a quienes el profesorado no les dio esa posibilidad de saltarse un mes entero de clases porque era demasiado tiempo, pero en mi caso sabían que, al regresar, me pondría al día y lo terminaría sacando todo porque soy responsable. Nadie te da nada a cambio de nada, pero si ven que eres trabajadora, responsable y que te desenvuelves bien, las personas te ofrecen oportunidades.

¿Crees que es eso lo que te ha permitido estar becada y acompañada por la Fundación Impulsa durante estos cinco años?

Sí, y lo he visto también en los mentores que me han acompañado en este camino. Durante el ciclo de grado medio, el mentor que tuve me acompañó mucho. Hubo muchos cambios ese año —la escuela, mudarme a otro lugar…—, y él siempre estaba a mi lado y eso me hizo sentir muy acompañada. Y luego, tuve un mentor que me ayudó mucho en el ámbito profesional. Él trabajaba en el área de contrataciones de Cupra y sabía muy bien qué se necesitaba y me ayudaba mucho a buscar trabajo, a preparar las entrevistas y a hacer un buen currículum. De hecho, gracias a su ayuda, pude trabajar en esa empresa, donde también aprendí mucho.

Por lo que cuentas, nunca has tenido problemas para encontrar trabajo, ¿verdad?

Estoy trabajando desde los 16 años y he estado en muchos lugares diferentes donde he adquirido experiencia y habilidades. Creo que tengo un buen currículum, y en las entrevistas de trabajo también valoran mucho las competencias, algo que he ido adquiriendo de la experiencia y de las formaciones que la Fundación Impulsa ofrece a los Impulsers. En el lugar donde estoy trabajando ahora, al día siguiente de hacerme la entrevista ya me llamaron diciéndome que podía empezar a trabajar.

Georgina en el Rally Costa Brava reparando unas luces del coche para poder correr una etapa de noche.

¿Estás satisfecha del camino que has recorrido?

Estoy muy contenta de haber llegado hasta aquí y muy satisfecha de lo que he logrado. Valoro haberme formado porque me ha aportado conocimiento y también oportunidades. Cuanto más formada estás, más oportunidades tienes. Ahora trabajo aquí, pero cuando empiece la temporada de rallies, también estaré actuando como verificadora de los campeonatos de España y de Cataluña, y eso son puntos positivos para mí.

«Cuanto más formada estás, más oportunidades tienes.»

¿Qué les dirías a otros jóvenes que no tienen claro si continuar sus estudios?

Les diría claramente que continúen sus estudios y que tengan en cuenta que estudiar bachillerato o hacer una carrera universitaria no lo es todo. He visto mucha gente en mi instituto que quería hacer ciclos y en sus hogares los han empujado a hacer primero bachillerato porque socialmente parece que es mejor. Desde mi perspectiva, les diría que hagan lo que crean mejor y que dejen de lado esas creencias porque ha habido compañeros que han venido directamente de bachillerato a hacer el ciclo superior y iban muy perdidos. Creo que, como estudios prácticos, son mucho mejores los de la FP. De hecho, en el caso de la mecánica, ha habido compañeros que, después de hacer una ingeniería universitaria, han venido a hacer el ciclo superior porque les faltaba la parte práctica.

«Creo que como estudios prácticos son mucho mejores los de la FP. De hecho, en el caso de la mecánica, ha habido compañeros que, después de hacer una ingeniería universitaria, han venido a hacer el ciclo superior porque les faltaba la parte práctica.»

Completa la frase… Para ti, en una palabra, la Fundación Impulsa es…

Aprendizaje.

 

«Con cincuenta años, dos hijos, sin apenas paro y con 3.000 euros en el bolsillo, pero con el apoyo familiar, empiezo la aventura empresarial de Constantiagrup»

#ProtagonistaImpulsa 

Gabriel Cid
CEO de Constantiagrup

Gabriel Cid es el CEO de Constantiagrup, Organización Impulsora de la Fundación Impulsa que se dedica a la venta, distribución y asesoramiento de materiales auxiliares para la industria alimentaria (bolsas, envasado al vacío…) y equipos de protección individual (EPI). 

Se trata de una empresa familiar que nace en 2006 de la mano de su actual CEO, hijo de comerciante de barrio, que desde pequeño ha vivido el comercio y el trato personal con sus clientes, y ha desarrollado su carrera profesional en diferentes empresas. A los cincuenta años decide dejar el trabajo e impulsar un proyecto propio del que hoy se siente muy satisfecho y que actualmente cuenta también con una tienda abierta al público en Mercabarna. 

  • ¿Qué te llevó a aventurarte a crear Constantiagrup? 

Los últimos treinta años de mi vida laboral los paso trabajando en dos grandes empresas de embalaje, y llegó un momento en el que vi que necesitaba un cambio de aires y dejar de tener la presión que se tiene cuando se trabaja para grandes multinacionales. Decido cambiar de sector y con cincuenta años, dos hijos, sin apenas paro y con 3.000 euros en el bolsillo, pero con el apoyo familiar, empiezo la aventura empresarial de Constantiagrup. 

«Vi que necesitaba un cambio de aires y dejar de tener la presión que se tiene cuando se trabaja para grandes multinacionales» 

  • ¿Estás orgulloso de la decisión tomada? 

Totalmente; me cambió por completo la vida. La experiencia de haber trabajado en otras empresas me aportó cosas buenas y malas, y eso me sirvió para crear Constantiagrup. Lo que no me había gustado lo cambié para que quien trabajara conmigo no tuviera que pasar por lo que había tenido que pasar yo, y lo bueno también lo utilicé para que todo funcionara. Me enorgullece decir que, si una persona se marcha ahora de la empresa para hacer un cambio profesional, lo hace llorando, porque se va de su casa. Ahora Constantiagrup está donde yo había soñado que estuviera: es una empresa pequeñita que da un servicio y que me hace estar muy orgulloso. Está donde debe estar: fuerte, estabilizada y con unos clientes que confían en nosotros hasta el punto de que nos consideran como colaboradores y no proveedores. 

  • ¿Cuáles crees que han sido los ingredientes que te han acompañado a realizar este camino? 

He mamado comercio y esto me ha traído una serie de valores que me han sido útiles para salir adelante con lo que creía. Trabajar debe hacerlo todo el mundo, a menos que se venga de familia rica. Sin embargo, poder trabajar de lo que te gusta es un privilegio, porque entonces puedes dar el 100% de ti y lo disfrutas mucho. Para mí es imprescindible el esfuerzo, porque por muy bien preparado que estés, por muy inteligente o bueno que seas haciendo algo, sin esfuerzo no se llega a ninguna parte. Es importante tener formación, porque te sirve para tener unos conocimientos, pero lo primero son las ganas, el esfuerzo y la constancia, por eso es importante también la formación en competencias transversales. 

 

«Trabajar de lo que te gusta es un privilegio, porque entonces puedes dar el 100% de ti y lo disfrutas mucho» 

 

  • ¿El nombre de la empresa tiene que ver con estos valores? 

Sí, siempre he pensado que la única manera de impulsar un proyecto es con constancia, esfuerzo y trabajo, buscando cómo mejorar cada día. Es importante no olvidar nunca de dónde venimos, estemos donde estemos, porque de dónde vienes es lo que tú sabes y los inicios de todo. Yo sigo teniendo las mismas amistades, sigo teniendo la misma relación con las personas, sigo haciendo las cosas que he hecho toda mi vida. Es importante saber el esfuerzo que has hecho y cuáles son tus orígenes: todos empezamos de cero y que se triunfe más o menos no debe cambiar tu esencia. A mí me ayudó mucho también la confianza en las personas y hacer equipo; pienso que es imprescindible. 

 

  • ¿Cuáles han sido las dificultades con las que te has encontrado para llegar hasta aquí? 

La mayor, el hecho de cambiar de mentalidad. Los problemas que yo tenía antes cuando acababa mi jornada laboral eran unos, que, si no hubiera sido por mi carácter, se hubieran quedado allí. Y, en cambio, cuando yo decido iniciar la aventura solo, asumiendo todas las tareas durante el primer año y medio, me encuentro que, cuando acabo la jornada, el trabajo sigue conmigo. 

  • Dices que esta ha sido la mayor dificultad. ¿Quieres decir que has tenido otras? 

Sí, cuando empecé a tener trabajadores y debía delegar, me costó mucho. Es difícil darte cuenta de que hay otras formas de trabajar diferentes a la tuya y que la tuya no siempre es la mejor. También fue una dificultad el hecho de que yo no tenía el dinero para comprar los materiales que necesitaba, y en ese momento los proveedores tuvieron que hacer un acto de fe confiando en mí cuando les pedía género para poder sacar adelante el proyecto. Por suerte, fueron más los que me dijeron que sí, que los que me dijeron que no, y es ese uno de los momentos más bonitos que recuerdo, pero también de los más difíciles, porque se lo pedía a cambio de la fe que debían tener en mí. Ellos han sido el pilar de Constantiagrup; hace doce años que trabajo en esto. 

“En ese momento, los proveedores tuvieron que hacer un acto de fe confiando en mí […] es uno de los momentos más bonitos que recuerdo, pero también de los más difíciles, porque se lo pedía a cambio de la fe que debían tener en mí”

  • Lo que explicas pone en valor la importancia de hacer red. ¿Es fácil esto en la sociedad actual? 

Pienso que tiempo atrás se hacía más, pero ahora somos muchos y existe una competitividad que no me parece sana. Desde que estamos en Mercabarname he dado cuenta de que allí, por ejemplo, se generan una serie de relaciones que te facilitan el día a día y todo el mundo intenta ayudarse. El vínculo con los demás es importante y solo se consigue buscando la confianza de las personas que te rodean con quienes crees que puede haber una ayuda mutua; en Mercabarna hay mucha corresponsabilidad a nivel empresarial y eso es algo que echo de menos en la sociedad. 

«En Mercabarna hay mucha corresponsabilidad a nivel empresarial y eso es algo que echo de menos en la sociedad» 

  • Constantiagrup forma parte de la red de Organizaciones Impulsoras de la Fundación Impulsa. ¿Qué te llevó a sumarte al proyecto? 

Conocí la Fundación Impulsa a través de Salva Ramon, Embajador de la Fundación en Terrassa; me hablaba con unos ojos que le brillaban y eso me hizo darme cuenta de que creía en el proyecto y que todo lo que me contaba era desde el corazón. Vi que lo que me contaba respondía a mi pensamiento de cómo ayudar a la sociedad y creo que lo que ofrece la Fundación Impulsa es lo mejor que se le puede dar a una persona joven: formación y que, además, esta formación sea un oficio. Es algo que nadie le quitará. Hay gente que no puede profundizar en lo que le gusta o trabajar en ello y no hay nada mejor que colaborar en hacer realidad el sueño de un joven para que sea lo que quiere ser. 

«Creo que lo que ofrece la Fundación Impulsa es lo mejor que se puede dar a una persona joven […] nada mejor que colaborar en hacer realidad el sueño de un joven para que sea lo que quiere ser» 

  • Hablas de tener un oficio. ¿Crees que es importante hoy en día? 

Yo lo encuentro imprescindible, y aquí se ha cometido un error, porque durante muchos años se ha visto la Formación Profesional (FP) como algo para quien no valía, eran unos estudios que avergonzaba hacerlos. El desprestigio de la FP es uno de los mayores errores que se han cometido en enseñanza y ahora nos encontramos con que no hay gente suficientemente formada en muchos oficios que hacen falta en la sociedad. 

 «El desprestigio de la FP es uno de los errores más grandes que se han cometido en enseñanza y ahora nos encontramos con que no hay gente suficientemente formada en muchos oficios que hacen falta a la sociedad» 

  • En una palabra. Para ti, la Fundación Impulsa es… 

Diana (ha dado con el punto clave en el que se puede ayudar a las personas, haciendo que, con una ayuda, los jóvenes puedan ser autosuficientes). 

 

 

“El voluntariado corporativo es una buena manera de reforzar la responsabilidad social corporativa y contribuye a que toda la organización forme parte de los valores de la empresa”

#ProtagonistaImpulsa 

Jaume Cané
Country representative de Freudenberg Group a España

Jaume Cané es el country representative de Freudenberg Group en España, la multinacional y Organización Impulsora de la Fundación Impulsa con más de 170 años de trayectoria, que ofrece una gama de soluciones técnicas creativas diversificadas: desde productos de limpieza, como Vileda, hasta componentes de automoción 

Además, Cané se ha estrenado este año como mentor de un joven de la Fundación Impulsa, una experiencia que comparte con otros seis trabajadores y trabajadoras del grupo empresarial, que también han empezado a hacer voluntariado corporativo haciendo mentoría social con la Fundación Impulsa. 

 

  • ¿Cómo empieza la relación de Freudenberg con la Fundación Impulsa? 

Un trabajador de Freudenberg ya hacía de mentor y me explicó las posibilidades de colaboración con la Fundación Impulsa. El proyecto nos gustó enseguida y firmamos un convenio de colaboración sumándonos como Organización Impulsora e incorporándonos al Programa Impulsa Mentoría para promocionar el voluntariado entre los trabajadores y trabajadoras de la compañía. 

  • ¿Habías vivido ya la experiencia de hacer mentoría? 

Personalmente, había mentorizado a empresas, pero a un joven nunca lo había hecho y está siendo una experiencia interesante. Aparte de acompañarle y compartir inquietudes, se está convirtiendo en alguien con quien estoy creando un vínculo. Es curioso como dos personas que no se conocen de nada, con vidas muy distintas y que se ponen en contacto a través de un tercero, pueden llegar a encontrar tantas cosas en común. Habitualmente, establecemos relaciones con gente de ámbitos cercanos y, de repente, empezar una relación así tan desconocida en la que te comprometes es una situación nueva y enriquecedora. 

  • Actualmente, sois unos cuantos trabajadores y trabajadoras que estáis haciendo voluntariado corporativo a través de la mentoría de la Fundación Impulsa. 

Sí, nos gusta contribuir en iniciativas que trabajan para mejorar el entorno, forma parte del ADN de nuestro grupo, y nuestra política empresarial implica siempre no limitarnos a realizar aportaciones económicas, sino implicar en ellas también a los trabajadores. Así lo hemos hecho también con el proyecto de la Fundación Impulsa, iniciando esta colaboración de mentoría social. Estamos presentes en sesenta países y no solo para trabajar, sino que formamos parte de la comunidad y, por lo tanto, debemos contribuir a que todo el mundo tenga unas condiciones de vida mejores. 

«Formamos parte de la comunidad y, por lo tanto, debemos contribuir a que todo el mundo tenga unas condiciones de vida mejores»

  • ¿Cree que la mentoría social es una buena herramienta para contribuir a mejorar el entorno? 

Hacer mentoría es una forma de estar más conectados con lo que nos rodea, de ser mejor vecinos. La responsabilidad de las empresas no acaba en el impuesto de sociedades; nos nutrimos del entorno y tenemos que devolver cosas. El voluntariado corporativo es una buena forma de reforzar la responsabilidad social corporativa y hacer que toda la organización forme parte de los valores de la empresa. 

  • ¿Piensas que esto también es beneficioso para los trabajadores y las trabajadoras? 

Yo creo que sí, el voluntariado les hace mejores personas y, además, los trabajadores tienen la satisfacción de ver que están ayudando a otros y contribuyen a hacer una sociedad un poco mejor. Si te enriqueces emocionalmente, te sientes más realizado. Creo que trabajar en un sitio donde no solo se piensa en hacer dinero, sino que existe un compromiso social y los valores son importantes, aporta orgullo y satisfacción. 

De hecho, me ha sorprendido que la mayoría de los mentores que se han sumado a hacer voluntariado corporativo son cargos directivos, con responsabilidades elevadas en la empresa, que habitualmente son los que tienen la vida más apretada. Supongo que es por ese espíritu de liderazgo por el que han querido implicarse en este proyecto. 

  • Pones mucho énfasis en la necesidad de hacer una sociedad mejor. ¿Cómo crees que contribuye en ello la Fundación Impulsa? 

Nosotros, como grupo alemán, ya hace muchos años que sabemos que la Formación Profesional (FP) es una muy buena apuesta formativa que contribuye a que las empresas funcionen. En nuestro centro formativo de Alemania tenemos 300 alumnos de FP. Allí la formación profesional está muy extendida y aquí desgraciadamente no mucho. En Cataluña faltan personas formadas en FP; se habla cada vez más, pero falta una apuesta en ese sentido. Por lo tanto, proyectos como el de la Fundación Impulsa, que estimulan que los jóvenes estudien FP y puedan encontrar una salida laboral, son necesarios. 

«Proyectos como el de la Fundación Impulsa, que estimulan que los jóvenes estudien FP y puedan encontrar una salida laboral, son necesarios»

  • ¿Crees que tener trabajadores y trabajadoras formados en FP es una de las claves del éxito de Freudenberg?

La clave del éxito de Freudenberg se encuentra en la innovación y la diversificación. El 33% de los productos que fabricamos tiene menos de cuatro años de antigüedad. La búsqueda de talento es una de las cosas que más nos preocupa y nos ocupa, y las personas formadas en FP están en este sitio. La innovación no sale solo de un despacho o laboratorio, sino de la mejora que cada persona puede ofrecer en su trabajo, y tener gente muy bien preparada en todas las escalas del proceso productivo es esencial. En la industria la gente bien preparada en FP es la que mejor sigue adelante y la que más aporta en los proyectos. 

“Tener a gente muy bien preparada en todas las escalas del proceso productivo es esencial. En la industria la gente bien preparada en FP es la que mejor sigue adelante y la que más aporta en los proyectos” 

  • ¿Recomendarías a otras empresas que quieran fortalecer su RSC hacer voluntariado corporativo con la Fundación Impulsa? 

Sí. Con la mentoría de la Fundación Impulsa apoyas al empleo y a promocionar y profesionalizar la FP, lo que acabará beneficiando a otras empresas y, por lo tanto, a medio plazo no solo será beneficioso para la empresa, sino que lo será para todo el entorno. El Método Impulsa está muy bien trabajado: detrás de la mentoría social de la entidad hay un trabajo muy grande en red y una coordinación muy bien estructurada desde el punto de vista organizativo. 

  • En una palabra, para ti la Fundación Impulsa es…

Eficiente. 

Confiamos en los jóvenes

Calle del Bisbe Morgades, 46
08500 Vic. Barcelona