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La Fundació Impulsa incorpora dos nuevos Embajadores para seguir tejiendo red territorial e impulsar oportunidades para los jóvenes

Con la voluntad de seguir ampliando la red de embajadores de la Fundació Impulsa y acercar el proyecto a cada territorio, incorporamos dos nuevas figuras referentes que harán de puente entre el tejido social y empresarial del territorio y la misión de nuestra Fundación: Montse Argemí, que se suma a la embajada de Sabadell junto a Tània Nadal, y Xavier Corrons, que se estrena también como Embajador en la comarca del Bages, junto a Imma Riba. Ambos aportan un conocimiento profundo del territorio y un fuerte compromiso con la cohesión social y la equidad de oportunidades.

La figura de los Embajadores y Embajadoras es clave dentro del Método Impulsa, ya que son personas voluntarias, habitualmente vinculadas al mundo empresarial y/o asociativo, con una amplia red relacional y conocimiento del tejido local. Desde esta posición, actúan como prescriptores del proyecto en el territorio, ayudando a crear vínculos de confianza con empresas, administraciones y agentes sociales.

Montse Argemí, embajadora en Sabadell

Licenciada en Derecho y con una sólida trayectoria en el ámbito jurídico y empresarial, Montse Argemí ha estado vinculada durante años a la gestión de empresas de servicios relacionadas con los sectores del trabajo temporal, del outsourcing o de la consultoría energética. Actualmente centra su actividad profesional en la empresa inmobiliaria familiar, sin abandonar su implicación en el ámbito asociativo: es vicepresidenta de PIMEC Vallès Occidental, miembro del Comité Ejecutivo de la Cámara de Comercio de Sabadell y forma parte de la Junta de la Asociación de Industrias Químicas de Cataluña (AIQC).

“La Fundación Impulsa es un proyecto que me enamoró desde el primer día. Me entusiasmó su propósito y las personas que hay detrás, que con esfuerzo y constancia trabajan para que cada vez llegue a más jóvenes. Para mí es un privilegio ir de la mano de Tània Nadal en Sabadell”, asegura Montse.

Su experiencia en ámbitos como los recursos humanos y la formación la han hecho muy consciente de la falta de profesionales cualificados y del desajuste entre las necesidades laborales y la formación. En este sentido, destaca el papel transformador de la Fundación Impulsa: “Tiene un valor muy importante porque trabaja para fomentar la igualdad de oportunidades y para que jóvenes con talento y ganas puedan seguir formándose y alcanzar sus objetivos.”

 

Xavier Corrons, embajador en el Bages

Con una trayectoria consolidada como directivo en empresas industriales, Xavier Corrons ha ocupado cargos de responsabilidad de dirección en empresas como AUSA, Regaber, ICL Iberia o Leds C4. Recientemente, se ha incorporado a Figueras Seating, y mantiene un interés activo en promover iniciativas que generen impacto social real en el territorio.

“No todo el mundo tiene lo que se merece. Y por eso hay que encontrar maneras de dar oportunidades a quienes sí las merecen, para que puedan desarrollar un proyecto vital muy potente. Impulsa es una entidad que permite a estas personas tener una oportunidad real de futuro.”

Xavier conoce de cerca el mundo de la empresa y la necesidad de contar con talento joven preparado. A través de su vinculación como Embajador, quiere ayudar a hacer crecer el proyecto en la comarca del Bages y contribuir a generar nuevas complicidades entre el mundo empresarial y social.

Una red en crecimiento para transformar vidas

La incorporación de nuevos embajadores forma parte de la estrategia de la Fundación Impulsa para fortalecer su presencia territorial y continuar ampliando el impacto de su modelo de acompañamiento integral a jóvenes en situación de vulnerabilidad. Desde sus inicios, la Fundación ha becado a más de 650 jóvenes y ha construido una red sólida de personas voluntarias, Organizaciones Impulsoras, centros educativos e instituciones que creen en el poder de la educación como herramienta de transformación social.

 

Diez años haciendo caminar la Fundació Impulsa y transformando vidas por un futuro con oportunidades para los jóvenes.

Hace diez años, un grupo de empresarios decidió pasar de la inquietud a la acción. Con una tasa de paro alarmante, jóvenes que abandonaban los estudios y la necesidad de profesionales especializados en oficios, vieron claro que, más allá de su día a día profesional, era necesario emprender una acción conjunta por el futuro del territorio.

Ningún proyecto respondía a sus preocupaciones, pero los contactos profesionales les llevaron a gestar lo que hoy conocemos como un proyecto imprescindible para el futuro de los jóvenes. Así nacía la Fundació Impulsa, una iniciativa que, con amor por el territorio y voluntad de transformar realidades, ha cambiado la vida de más de 650 jóvenes y de sus familias. Y, ¿por qué no decirlo? Ha dejado y sigue dejando huella en toda la red de personas que, de una forma u otra, forman parte de este engranaje. Empezó becando a 16 jóvenes en 2015, y este curso 2024-2025 está becando y acompañando a 340. Y con unos resultados muy positivos: más del 80 % de los jóvenes que pasan por la Fundació Impulsa se gradúan, muy por encima del 50 % en Cataluña. Y todo ello gracias a esta red solidaria de empresas, instituciones y personas que día tras día sigue creciendo y demostrando que, con esfuerzo y colaboración, los sueños pueden hacerse realidad.

 

Los orígenes: Una idea, un propósito, una acción con efecto multiplicador

Carles Cuyàs y Andrea Carandell, cada uno desde su empresa, son dos de las siete almas del Patronato que han hecho posible el sueño Impulsa, una realidad que poco imaginaban tal como la viven hoy. Él ha sido el presidente durante estos diez años y ahora pasa el relevo a Andrea Carandell, hasta hace poco vicepresidenta: “La Fundació Impulsa nació con el objetivo de garantizar que los jóvenes pudieran estudiar Formación Profesional (FP), una vía con un gran potencial para su inserción laboral y social”. Inspirados por valores como el esfuerzo, la constancia y la esperanza, los miembros fundadores comenzaron con pocos recursos, pero con una visión clara: ayudar a los jóvenes a construir un futuro mejor.

Así lo manifiesta Cuyàs: “La Formación Profesional equivale a inserción laboral y social, y cuando ideamos el proyecto de Impulsa potenciamos este camino de entrada a la FP convencidos de que es una vía muy potente para garantizar un futuro profesional a los jóvenes”. Unos inicios austeros que han tenido unos resultados sorprendentes, y es que, tal como explica Carandell, el proyecto arrancó con el objetivo de ayudar a un solo joven, pero en el primer año ya ayudaron a 16.

“Desde el principio tuvimos claro el qué y el quién: queríamos ayudar a los jóvenes a estudiar FP; son el futuro y quienes tienen mayor capacidad de transformar la sociedad. A partir de ahí buscamos el cómo, escuchando a la gente y hablando con los centros educativos, con profesionales y con un conjunto de agentes que fueron construyendo la red que tenemos hoy. Fue imprescindible el apoyo de AUSA Futur, que nos hizo sentir más capaces de sacar adelante el proyecto de lo que nosotros mismos creíamos en aquel momento”, detalla Carandell.

Escuchar las necesidades de los centros educativos, las familias y los jóvenes fue clave para diseñar una estructura sólida, basada en el acompañamiento integral y personalizado: “Al principio no existía una estructura como la que hay actualmente: fuimos desgranando las ideas, buscando ayuda económica y viendo cuáles eran las necesidades de los jóvenes para poder cursar los estudios, como por ejemplo dotarles de un ordenador. Así, entre los miembros del Patronato y todas las personas que se fueron sumando voluntariamente al engranaje, le fuimos dando forma”, explican Cuyàs y Carandell.

 

Impulsa: un método de innovación social

Y es que el éxito de la Fundació Impulsa radica en su modelo único, una combinación de profesionalización e implicación local. El crecimiento exponencial del proyecto en el tercer año permitió contratar a una profesional a media jornada para contribuir a la gestión del proyecto, que seguía alimentándose del voluntariado y, especialmente, en el ámbito de la mentoría, pilar esencial del proyecto en la gestación del Método Impulsa: “Cuando ideamos el proyecto, una de las cosas que tuvimos más claras es que el acompañamiento al joven debía ser transversal. Y partiendo de la premisa de que en los oficios siempre ha existido la figura del aprendiz —que no deja de ser un mentor profesional—, trasladamos esta idea al referente de vida, porque, al fin y al cabo, todos tenemos un referente, y los jóvenes también necesitan poder contar con esta figura. Aquí nace la mentoría de la Fundació Impulsa, en la que fuimos pioneros y que hoy en día, gracias a la profesionalización del equipo psicopedagógico de Impulsa, es también un referente para muchas otras entidades”, asegura Cuyàs.

El equipo psicopedagógico de la Fundació Impulsa y su capacidad de adaptación fruto de la profesionalización nos han permitido innovar constantemente en el método. Uno de los retos que no se planteaban de entrada era que la tarea de Impulsa iría más allá de lo que habían imaginado en un inicio: una beca, un ordenador, una persona mentora… “El día a día nos hizo darnos cuenta de que trabajar con jóvenes implica convivir con sus situaciones personales, conocer bien su entorno de vulnerabilidad y tener la capacidad de darles respuesta. Aquí hemos tenido que ser muy innovadores, y el equipo psicopedagógico ha hecho un trabajo espectacular y lo sigue haciendo. Contamos con 20 profesionales que lo dan todo: son un equipo fantástico que nos ha hecho ser pioneros en el acompañamiento transversal que ofrecemos. Creo que, como Patronato, una de las cosas que mejor hemos hecho es construir este equipo, que es el alma del proyecto”, asegura Cuyàs, que valora su capacidad de adaptación: “La virtud de Impulsa es la metamorfosis que ha hecho, ya que ha pasado de proponerse becar jóvenes facilitándoles recursos económicos a ofrecerles un acompañamiento transversal con itinerarios individualizados. De este modo, jóvenes que no habrían estudiado se han convertido en técnicos cualificados, con valores personales y sociales. Empezamos con unas becas muy homogéneas, porque no teníamos recursos para hacerlo de otra manera. Y, a medida que hemos conocido mejor a los jóvenes, hemos ido perfeccionando el Método y ahora los programas los definimos en función de lo que necesita cada joven”.

 

Crecimiento a todos los niveles
Un proyecto en el que mirarse, que ha crecido no solo en número de jóvenes becados y acompañados, sino también a escala territorial: “Inicialmente buscábamos estabilidad y consolidación, y a medida que empezamos a coger rodaje, nunca nos limitamos y siempre hemos tenido la voluntad de no detenernos, de mejorar constantemente y de llegar cada vez a más jóvenes”, explica Cuyàs, que añade: “Para nosotros ha sido muy importante el crecimiento territorial, para no limitar los recursos. Y aquí ha ejercido un papel relevante la Fundació Nous Cims, que nos dio apoyo en un momento clave para nosotros; pero también las empresas y el sector público que creyeron en el proyecto y siguen creyendo en él”.

Una apuesta también facilitada por la imprescindible figura de los Embajadores y Embajadoras de la Fundació Impulsa, personas arraigadas al territorio y con una trayectoria profesional relevante, que, de forma altruista, acercan el proyecto al tejido empresarial y social: “En los próximos años la figura de los Embajadores pasará a ser aún más presente en la organización de Impulsa, porque, de hecho, son quienes mejor conocen el territorio, y eso nos permitirá detectar con más rapidez las necesidades de cada zona y las oportunidades para captar nuevos agentes para hacer crecer nuestra red. Impulsa es una fundación de país y el método es tan eficiente y solvente que integrarlo en un nuevo territorio es muy productivo en cuanto a resultados, y tenemos que conseguir que esto llegue a todo el mundo”, reivindica Carandell.

Esta carrera de fondo ha permitido que el proyecto de Impulsa sea sinónimo de transformación a muchos niveles: jóvenes que no habrían podido estudiar han conseguido convertirse en profesionales cualificados, con valores sólidos y un futuro prometedor. Todo bajo el paraguas de un modelo referente: los programas de becas y acompañamiento, adaptados a las necesidades específicas de cada joven, se han convertido en un ejemplo de eficiencia, solvencia e innovación.

Un proyecto visionario
Una adaptación constante del modelo que también ha hecho crecer personalmente al Patronato que lo ha liderado y que ahora, mirando diez años atrás, ve en su aprendizaje la esencia de Impulsa: “Con diez años hemos aprendido y crecido: no somos las mismas personas, hemos aprendido a través del esfuerzo y la constancia, que, en realidad, son los mismos valores que queremos transmitir a los jóvenes”, explica Cuyàs con la mirada empañada, mientras asegura que “la Fundació Impulsa aporta una realización personal muy grande e irrepetible. Hemos tenido la oportunidad de ayudar con una forma de hacer que ya es nuestra; hemos sido afortunados de poder hacer crecer este proyecto desde sus inicios. Es realmente emocionante ver que hemos catalizado a tantos agentes en un único foco: el joven.” Y Carandell añade: “Cuando hablas con una persona mentora que sigue viéndose con el joven al que acompañó y que ya no está dentro del programa, y te cuenta cómo la experiencia ha impactado sus vidas, es precioso, es una de las mejores recompensas que podemos tener.” Cuyàs también asegura que: “Es muy satisfactorio saber que formamos parte de la solución a unas problemáticas que detectamos hace diez años y que hoy se han puesto sobre la mesa como problemáticas de país; fuimos visionarios con la necesidad de oficios, de trabajar para reducir el abandono escolar, para reducir la brecha digital con la aportación de un ordenador para cada joven… La anticipación es muy importante, y en Impulsa, como nos acercamos mucho a los jóvenes, detectamos lo que necesitan y nos anticipamos; eso da muy buenos resultados.” Carandell apunta bajo la mirada cómplice de Cuyàs: “Ver el éxito de los jóvenes que pasan por Impulsa es de las mejores cosas que podemos recoger, así como el hecho de saber que, cuando se construyen redes tan grandes con tantos agentes diferentes que reman en la misma dirección, se consiguen grandes resultados. Queda sobradamente demostrada la importancia de aportar granitos de arena. ¡Es muy potente tener una idea y que la puedas hacer realidad gracias a tanta gente que hemos sido capaces de movilizar!

 

Mirada al futuro: nuevos retos, mismas ilusiones
Con el relevo en la presidencia, Andrea Carandell toma el timón con el mismo entusiasmo y determinación que han caracterizado el proyecto hasta ahora: continuar reforzando el método, seguir mejorando el modelo día a día, expandiéndolo a nuevos territorios y reforzando los vínculos con las entidades públicas. Y manteniendo ese firme compromiso con los jóvenes, para que cada uno encuentre las oportunidades que merece para construir su futuro, mientras Impulsa continúa siendo un lugar donde las ideas se convierten en acciones que transforman vidas: “Carles deja un gran legado, sobre todo destacaría su capacidad de captar oportunidades: perseguir las grandes visiones que ha tenido ha hecho crecer Impulsa a todos los niveles. Ha sabido enfocar muy bien la estructura del proyecto para lograr la solvencia del Método. Su pasión, esfuerzo y dedicación nos han llevado a estar donde estamos”, asegura Carandell. Unas palabras que comparte Cuyàs, explicando que dentro del Patronato de la Fundació Impulsa cada uno ha aportado y sigue aportando según su momento vital, y ahora es el de Andrea: “Durante estos años, he sido el referente de Impulsa puertas afuera, y con mi carácter he aportado la imagen de seguridad, solidez y credibilidad que necesitaba el proyecto. Eso era muy importante los primeros años, pero ahora la credibilidad está fuera de toda duda, y Andrea, con su liderazgo, enriquecerá el proyecto, porque ella es pura energía. Su complementariedad encaja muy bien con los tiempos y las necesidades de la Impulsa actual”.

Unas necesidades a las que la Fundació Impulsa dará respuesta en los próximos años, con el mismo empuje e ilusión con que lo ha hecho durante estos diez primeros, y con la seguridad de que lo que vendrá será igual o incluso mejor. Las líneas estratégicas de los próximos años ya están definidas, y ya se está trabajando en ellas: “Veremos una expansión territorial importante: hasta ahora hemos llegado a muchos territorios y ahora toca hacerlo a otro ritmo, y eso se notará. Impulsa estará más próxima a las entidades públicas y se verá que invertir en el proyecto es un éxito asegurado. Además de ayudar a los jóvenes, Impulsa es una oportunidad eficiente y de enriquecimiento del territorio”, afirma Carandell.

Y con esta mirada puesta en el futuro y agradeciendo la implicación de la red de agentes que hace realidad el día a día de Impulsa, Carles y Andrea comparten un abrazo mientras saborean los últimos momentos de este relevo. Conscientes de que, para seguir haciendo crecer este proyecto, será necesaria la implicación de más empresas y del sector público para llevar la ayuda de Impulsa a todos aquellos jóvenes que la necesiten. Y con la convicción de que seguirán remando juntos para afrontar los retos del futuro que vendrán, con el deseo compartido de seguir siendo capaces de emocionar: “Que cuando nuestro entorno escuche la propuesta de valor de la Fundació Impulsa y conozca el proyecto, se emocione como hasta ahora, porque, mientras Impulsa continúe canalizando emociones, será señal de que estamos trabajando con sentido”.

 

 

 

 

 

Andrea Carandell, CEO de Benito Urban, nombrada nueva presidenta de la Fundación Impulsa

Andrea Carandell, CEO de Benito Urban de Vic, empresa líder en alumbrado y mobiliario urbano, asume la nueva presidencia de la Fundación Impulsa, en un momento clave para la entidad, en el que este 2025 celebrará sus primeros 10 años de vida . La fundación promueve la igualdad de oportunidades entre los jóvenes, ayudando a aquellos que tienen una situación de vulnerabilidad socioeconómica y les acompaña para que puedan cursar ciclos de formación profesional (FP), y mejorar su inserción laboral y su crecimiento personal. Los alumnos becados por Impulsa se gradúan en un 80% en ciclos de FP, muy por encima del 50% de la media catalana. En una década, se han becado más de 650 jóvenes estudiantes, en alto riesgo social, y se han invertido 6 millones de euros en nueve comarcas.

La nueva presidenta ha anunciado las líneas estratégicas de su mandato en los próximos años: “el despliegue de la Fundación en todo el territorio catalán; posicionar Impulsa como entidad referente y de país; seguir ofreciendo la mejor atención y el máximo de personalizada a los jóvenes; introducir la digitalización y la IA como herramienta para ser más eficientes; y poner en marcha nuevos programas como el de emprendimiento o Alumni para cerrar el círculo de acompañamiento integral”. Todo esto, tal y como ha anunciado, lo irá desplegando de la mano de la nueva dirección, encabezada por Rosa Pujols.

Carandell, miembro fundador de la entidad, asumió la presidencia el 27 de noviembre, durante la celebración de un patronato abierto de la entidad, de la mano de Carles Cuyàs, CEO de FredVic, su antecesor en el cargo . La presidenta agradeció la labor realizada por Cuyàs y el equipo, al que dedicó grandes elogios por su gestión y estrategia. La fundación también ha renovado a los miembros del patronato, que es el principal órgano de gobernanza de la Fundación Impulsa. Así pues, se han creado tres nuevas vicepresidencias, que asumen Juli Ferrer (Frigoríficos Ferrer) en el ámbito de las Embajadurías, Marc Rovira (MimCord) en el sector de Alianzas y Captación, y Ferran Castell (Plastin) en el área de Programas. Gil Sansalvador sigue como secretario y Carles Cuyàs (FredVic) y Oriol Lobo (AusaFutur) como vocales.

Impacto social y económico

A lo largo de esta década, la Fundación ha dejado un gran impacto social y económico, ya que ha becado a más de 650 jóvenes en una situación de alto riesgo social, con una inversión acumulada superior a los 6 millones de euros. Actualmente, el radio de acción de Impulsa está en las comarcas de Osona, Garrotxa, Berguedà, Moianès, Bages, Baix Empordà, Anoia y en las ciudades vallesanas de Terrassa y Sabadell. La última apertura, este 2024, ha estado en el Gironès y seguirá creciendo por el territorio. Según detalla la entidad, el 80% de los alumnos se gradúan y el 64% encuentran trabajo relacionado con sus estudios. El perfil de los beneficiados es de un 57% de chicas, con un 30% con informe de riesgo social.

Cataluña, 2030

Actualmente, se están explorando nuevas comarcas para desplegar las becas a los futuros estudiantes de FP en el Alt Penedès, La Selva o el Pla de l’Estany, entre otros. Carandell subraya que «necesitamos nuevas empresas que colaboren con la fundación, así como el apoyo de la Administración pública, para no dejar a ningún alumno sin estudios de la FP». Bajo el lema de «Catalunya 2030», la fundación quiere llegar a todo el territorio catalán, consolidando el trabajo de red de embajadores para impulsar la visibilidad y la capilaridad del proyecto. Actualmente, la entidad cuenta con el apoyo de más de 200 organizaciones de todo el territorio.

La presidenta ha asegurado que su mandato se construirá «sobre las bases sólidas ya existentes», y que lo hará conjuntamente «con el compromiso y colaboración del resto de patrones de la entidad y de los Embajadores de cada territorio», figuras claves en la expansión. Carandell se siente «muy orgullosa» de poder encabezar una tarea social en la que «transformamos vidas y construimos oportunidades reales de futuro» a jóvenes, conocidos como «Impulsers«, que no lo tienen fácil.

¿Cómo se realiza el acompañamiento?

El apoyo a los Impulseros se hace de forma integral, de la mano del equipo psicopedagógico de la fundación, ofreciéndoles acompañamiento en diferentes ámbitos: económico, a través de la financiación de los estudios de FP; tecnológico, con la donación de un ordenador portátil; humano, con formaciones en competencias transversales y haciendo voluntariado en una entidad del territorio; social, con el acompañamiento de una persona mentora, y laboral, con formaciones en competencias profesionales, orientación individualizada, estancias formativas en empresas y acciones para acercar a los jóvenes a la realidad laboral.

10 años construyendo oportunidades de futuro

Durante el acto de nombramiento de la nueva presidenta, se puso de manifiesto que durante los primeros años de la entidad se han sentado las bases de la labor social que hoy realiza Impulsa Bajo la batuta de Carles Cuyàs se ha construido. lo que hoy se llama el Método Impulsa, un proceso robusto de acompañamiento integral a los jóvenes en situación de vulnerabilidad socioeconómica, y con ganas de continuar estudiando, que les permite cursar unos estudios de Formación Profesional y que, pese a los obstáculos, consiguen graduarse en un 80% de los ciclos de FP, muy por encima del 50% de la media catalana.

Carles Cuyàs, en su discurso de cierre como presidente, recordaba los inicios de la Fundación, cuando pusieron en marcha el proyecto los 7 miembros fundadores -entre ellos Carandell- que hoy forman parte del Patronato, y ponía en valor el hecho que fueron capaces de anticiparse a una necesidad que ahora es muy evidente: la carencia de perfiles técnicos de FP en el mundo laboral.

«Desde la innovación social fuimos capaces de poner sobre la mesa una solución a una carencia que hoy tiene el mercado de trabajo», subrayó Cuyàs. En estos 10 primeros años, el crecimiento territorial de la entidad ha sido imparable. “No esperábamos tener el impacto que hemos tenido, y poder ser de tanta utilidad a todos estos jóvenes en situación de vulnerabilidad. Hemos sabido adaptarnos a sus necesidades y construir unos itinerarios individualizados para dar respuesta a su crecimiento personal y profesional”, explicó Cuyàs. No se olvidó de las más de 200 organizaciones que hacen posible Impulsa, a las que agradeció su compromiso y confianza.

Rosa Pujols, nueva Directora General de la Fundación Impulsa

Desde este mes de septiembre, Rosa Pujols asume el cargo de Directora General de la Fundación Impulsa. Pujols es una persona con un bagaje profesional consolidado en el ámbito público y privado, y que se incorpora a la Fundación Impulsa en un momento clave, justo cuando ésta celebra sus primeros 10 años de historia.

Pujols es Diplomada en Ciencias Empresariales; Postgrado en Gestión gerencial local y función directiva por ACM-URV; Programa Vicens Vives “Liderazgo y compromiso cívico” por ESADE ; Postgrado en Estrategia y Competitividad Regional por la UPC; entre otros. En cuanto a su experiencia profesional, comenzó en el ámbito privado trabajando en el sector de gran distribución durante 12 años, entre ellos en el Grupo Supeco-Maxor, en el Grupo Carrefour, donde la llevó a vivir a Madrid durante más de 2 años, o en el Grup Llobet. Posteriormente, se incorporó en el ámbito público como responsable del Servicio de Innovación y Empresa del Consorcio de Formación y de Iniciativas Cercs-Berguedà, y posteriormente directora de Operaciones de la Agencia de Desarrollo del Berguedà, logrando más de 16 años de experiencia en el sector público, con el intervalo de haber asumido la gerencia del Consejo Comarcal de El Berguedà en la pasada legislatura.

Su incorporación se ha formalizado este septiembre, y asume un gran reto de antemano: posicionar a Impulsa como una entidad de país, llevando la acción social de la Fundación en todos los territorios de Cataluña. Actualmente la Fundación Impulsa beca y acompaña a jóvenes en situación de vulnerabilidad, para que puedan continuar estudiando y cursando un ciclo de FP en 9 comarcas de Cataluña (Osona, Garrotxa, Berguedà, Anoia, Bages, Moianès, Gironès, Baix Empordà y Vallès Occidental) , con el objetivo de poder dar una oportunidad de futuro a estos jóvenes que más lo necesitan.

La llegada de Pujols debe impulsar el posicionamiento de la entidad como un referente de país en el ámbito de la Formación Profesional, en la lucha contra el abandono prematuro y una apuesta clara por dar oportunidades reales de futuro a jóvenes en riesgo de exclusión social.

Después de estos primeros 10 años, en los que la Fundación Impulsa ha consolidado su método, con resultados muy positivos, ya que de los más de 650 jóvenes que han pasado por Impulsa, más de un 80% se ha graduado; ahora toca dar un paso adelante con la búsqueda de nuevos compañeros de viaje, tanto del ámbito privado, como sobre todo del sector público, para trabajar juntos y construir una sociedad de futuro cohesionada, en la que nadie quede atrás por su entorno socioeconómico.

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