Educar en la adolescencia: la ponencia de Jordi Nomen en la Charla Divulgativa de la Fundació Impulsa.

Jordi Nomen, reconocido profesor de filosofía y experto en educación emocional y pensamiento crítico, fue el ponente de la novena Charla Divulgativa organizada por la Fundació Impulsa. Bajo el título Cómo hablar con adolescentes y que nos escuchen, la sesión reunió virtualmente a familias, docentes, mentores y profesionales de la educación con el objetivo de reflexionar y aprender herramientas para mejorar la comunicación con los jóvenes.

“Los adolescentes no son seres de otro mundo, son seres de nuestro mundo”, comienza Nomen en su intervención.

Adolescencia: un viaje hacia la autonomía

Con una metáfora inspiradora basada en el poema de William Ernest Henley, Nomen compara el paso por la adolescencia con una travesía marina, donde cada joven debe aprender a navegar por aguas llenas de incertidumbre, equipado con una brújula emocional y racional, y con un puerto-proyecto hacia donde dirigirse.

“Educar —dice— es ayudarles a ser capitanes de su propia alma: aprender a gestionar impulsos, tomar decisiones con sentido y aceptar que no se puede controlar el viento, pero sí orientar las velas.”

Romper los mitos sobre la adolescencia

Nomen dedica parte de su intervención a desmontar 10 mitos muy extendidos sobre la adolescencia: que han perdido la infancia, que solo buscan el conflicto, que ya no necesitan a la familia, que son irresponsables o que están esclavizados por la tecnología. Según Nomen, hay que dejar atrás estas visiones estigmatizadoras y entender que la adolescencia es una etapa fundamental del desarrollo humano, llena de vulnerabilidad, pero también de potencial y aprendizaje.

Comprender el mundo adolescente

A través de 15 puntos clave, Jordi Nomen ofrece una mirada profunda al mundo interior de los adolescentes, desde el peso de la responsabilidad que sienten, hasta la presión social, la construcción de su identidad, las primeras veces o su necesidad de experiencias reales y de confianza.

El discurso no enseña tanto como la experiencia. Los adolescentes aprenden de lo que viven, de lo que ven, no de lo que oyen en un sermón”, subraya.

También alerta sobre la necesidad de ayudarles a gestionar riesgos reales —como las adicciones, los trastornos de conducta o las presiones de las redes sociales— sin sobreproteger ni desproteger.

Los riesgos existen. No podemos encerrar a los jóvenes en una burbuja de cristal, pero sí enseñarles a navegar por ellos”, afirma.

Claves para una comunicación significativa

Acompañar en la adolescencia no es fácil. Por ello, Nomen pone énfasis en 12 claves para generar un acompañamiento emocional sólido, como:

  • Apego seguro: combinar amor y exigencia.

  • Tiempo de calidad y escucha real.

  • Coherencia entre lo que decimos y lo que hacemos.

  • Diálogo conducido con empatía y paciencia.

  • Compartir experiencias y evitar etiquetas.

  • Permanecer presentes, ni como controladores ni como ausentes.

  • Efecto Pigmalión en positivo: esperar lo mejor de los jóvenes, pero ayudarles a prevenir lo peor.

También defiende el valor de recordar la propia adolescencia con realismo —sin idealizaciones— para establecer puentes intergeneracionales basados en el respeto y la comprensión.

Educar para la libertad y el compromiso

La intervención finaliza con una llamada clara:

“Debemos educar para la libertad y para el compromiso democrático. Que salgan y hagan del mundo un lugar mejor.”

La charla se cierra con un mensaje que conecta plenamente con la misión de la Fundació Impulsa: acompañar a los jóvenes en situación de vulnerabilidad para que puedan construir su futuro con confianza, herramientas y oportunidades.

Desde la Fundació Impulsa, agradecemos profundamente a Jordi Nomen por su ponencia clara, inspiradora y fundamentada, y a todas las personas asistentes por formar parte de este espacio de crecimiento colectivo.

Nace «Conectamos con Impuls_@», una iniciativa para reforzar el vínculo con las Organizaciones Impulsoras

La Fundación Impulsa ha puesto en marcha «Conectamos con Impuls_@«, una nueva iniciativa con el objetivo de reforzar la relación y el compromiso social de las empresas que forman parte de la Red de Organizaciones Impulsoras.

Este primer encuentro se ha celebrado en las instalaciones de Roansa, empresa anfitriona de la jornada, donde su director, Santi Anglada, ha compartido de primera mano el proyecto empresarial, así como las razones que les llevaron a sumarse a la comunidad Impulsa. Un espacio cercano e inspirador que ha permitido hacer networking entre empresas comprometidas con la transformación social y conocer buenas prácticas que ayudan a generar impacto positivo desde el ámbito empresarial.

Durante la sesión, el equipo de la Fundació Impulsa ha aprovechado también para hacer balance de la labor desarrollada con los jóvenes en situación de vulnerabilidad socioeconómica, así como para compartir las principales novedades del año y las líneas estratégicas de futuro marcadas por la nueva presidencia, con la voluntad de seguir fortaleciendo alianzas y ampliando el impacto social del proyecto.

Con «Conectamos con Impuls_@», se busca crear una dinámica de encuentros en pequeño formato en las sedes de distintas organizaciones impulsoras, que permita fomentar la red relacional, compartir valores y generar conocimiento compartido en torno a la responsabilidad social y el acompañamiento al talento joven.

Desde Impulsa, queremos agradecer a todo el equipo de Roansa por habernos cedido sus instalaciones, y también a todas las empresas participantes por venir, escuchar y formar parte del proyecto Impulsa.

MGC Mutua (Mutua General de Catalunya) y Fundació Impulsa: Un compromiso compartido con el acompañamiento y el desarrollo de los jóvenes

Desde la Fundació Impulsa apostamos por un acompañamiento integral a los jóvenes para que puedan cursar un ciclo de Formación Profesional y acceder al mundo laboral en igualdad de oportunidades. Un propósito que comparte MGC Mútua (Mutua General de Catalunya), una entidad con casi medio siglo de experiencia en el ámbito de la salud y el bienestar, que hace de la proximidad, la confianza y el apoyo continuado los pilares de su manera de trabajar.

Si bien la Fundació Impulsa acompaña a jóvenes en situación de vulnerabilidad para que puedan formarse y acceder al mercado laboral en condiciones de igualdad, MGC Mútua acompaña a las personas en todas las etapas de su vida, ofrece servicios sanitarios de calidad y fomenta hábitos saludables para el bienestar físico y emocional. Ambas entidades trabajan con un objetivo común: poner a la persona en el centro de la acción y proporcionarle herramientas para que pueda desarrollarse y prosperar en su entorno.

En MGC Mútua, la confianza y la proximidad son clave en su relación con los mutualistas. Su filosofía de trabajo se basa en la atención personalizada y el apoyo continuado, valores que también definen el Método Impulsa, donde los jóvenes becados no solo reciben una ayuda económica para cursar sus estudios de FP, sino que también cuentan con el acompañamiento de una persona mentora, así como con el apoyo del equipo psicopedagógico. Esta red de apoyo permite a los jóvenes afrontar sus estudios con mayor seguridad y autoestima, y facilita su inserción laboral y su crecimiento personal.

Tanto MGC Mútua como la Fundación Impulsa apostamos por una visión a largo plazo. Más allá de las necesidades inmediatas, trabajamos para generar un impacto social positivo y sostenido, tanto en el impulso de programas y acciones enfocadas a la prevención y promoción de la salud, promoviendo la autonomía y la calidad de vida, como en el apoyo continuado a los jóvenes, asegurando que no solo completen sus estudios, sino que adquieran competencias transversales y valores que les permitan afrontar con éxito su futuro profesional.

Ambas entidades comparten un fuerte compromiso social, que se materializa en diferentes iniciativas y proyectos de responsabilidad social corporativa, así como en el trabajo en red con empresas y entidades del territorio para garantizar una proximidad territorial y un arraigo continuado en cada área.

En los últimos tiempos, ambas entidades han establecido vínculos en proyectos sociales. Uno de ellos ha sido la donación de 13.700 euros que MGC Mútua, en el marco de su campaña solidaria “1 origami 1 euro”, hizo a la Fundació Impulsa. Además, dentro de unos meses se organizará una visita de los jóvenes Impulsers a un centro de servicios de rehabilitación y fisioterapia de MGC Mútua, y ofrecerá a los jóvenes becados de la Fundación una experiencia de proximidad con el sector sanitario y posibles salidas profesionales en este ámbito.

Gracias, MGC Mútua, por sumaros como Organización Impulsora. Esta alianza a favor de la labor de Impulsa hará posible un futuro con más oportunidades para los jóvenes.

Marzo y abril, los meses en los que se intensifican las actividades y recursos de orientación académica del Método Impulsa.

Acompañar a los jóvenes en la decisión sobre su futuro académico y profesional es esencial para garantizar que puedan seguir estudiando y acceder al mercado laboral en las mejores condiciones. Por eso, la Fundació Impulsa integra la orientación académica como una parte fundamental de su modelo de acompañamiento, ofreciendo un apoyo personalizado a través de las técnicas de referencia y de los mentores, y conectando a los jóvenes con las oportunidades formativas y profesionales de su entorno. Lo hace durante todo el año, y especialmente en los meses de marzo y abril, considerados los meses de la orientación, en los que organismos públicos y privados promueven múltiples iniciativas.

Así pues, la Fundació Impulsa ha participado en las últimas semanas en actividades de orientación en distintas ferias académicas de diversos puntos del territorio, como Terrassa y Girona, y anima a los jóvenes a asistir a ellas, ya que son espacios donde pueden conocer de primera mano las oportunidades formativas y laborales a nivel local. Estas jornadas les ayudan a ampliar su perspectiva sobre el futuro y a explorar opciones posibles, así como obtener información real y directa sobre los estudios que quieren cursar y los centros que los ofrecen. Para muchos jóvenes Impulsers, esta participación significa abrir la mente a nuevas oportunidades académicas y encaminar su futuro con más seguridad y conocimiento.

Desde Impulsa también se promueve que la orientación pueda venir de los propios jóvenes. En abril, se han organizado encuentros entre jóvenes de Ciclos Formativos de Grado Superior y jóvenes que cursan Grado Medio, con el objetivo de que los mayores compartan su experiencia al elegir su especialización. Este intercambio entre iguales facilita una orientación cercana y realista, basada en la experiencia personal de quienes ya han dado el paso hacia una formación más especializada. Los jóvenes de grado superior y grado medio se agrupan según familia profesional y/o rama técnica escogida.

Los mentores también juegan un papel clave en este proceso de orientación. Por eso, desde Impulsa se les ayuda para que puedan desarrollar este acompañamiento. En estas últimas semanas se les ha ofrecido una formación dentro de su plan formativo sobre “Orientación académica y profesional”, donde se les han dado las herramientas para poder guiar a los jóvenes en esta etapa. Desde el equipo psicopedagógico, que acompaña a los jóvenes y a los mentores, también se ha preparado una Guía de Orientación que se les ha entregado este marzo, y el pasado febrero ya se les hizo llegar toda una serie de recursos existentes en sus territorios, entre los que estaban las ferias locales de orientación académica y profesional. Todos estos recursos permiten a los mentores poder hacer una reflexión conjunta con los jóvenes sobre su futuro.

Impulsa es muy consciente de la importancia de poder acompañar a los jóvenes en este proceso de orientación, y por eso este año se ha incrementado el número de visitas a empresas, realizando un par de visitas mensuales a compañías mayoritariamente de la Red de Organizaciones Impulsoras, y muy especialmente en los meses de marzo y abril, donde se intensifica aún más esta actividad. El objetivo es que los jóvenes puedan acercarse y conocer de primera mano cómo funciona el mundo laboral, qué posiciones podrán ocupar en un futuro no muy lejano, y qué valoran las empresas en los candidatos a ser sus trabajadores. Una experiencia muy interesante para vivir de cerca su oficio.

La intensidad de acciones vinculadas a la orientación llega en un momento clave, coincidiendo con el período de preinscripciones para los estudios postobligatorios. Este año, el Gobierno ha anunciado un incremento de 7.583 plazas para los ciclos formativos de Formación Profesional (FP), consolidando así una apuesta decidida por este modelo educativo como una vía de acceso al mercado laboral calificado. Este aumento de plazas responde a la creciente demanda y a la necesidad de cubrir perfiles profesionales que el tejido empresarial requiere. Estas preinscripciones tanto para grado medio como para el superior se inician el 23 de mayo hasta el 30 del mismo mes. Desde el año pasado el orden de asignación de plazas viene marcado por la nota de corte (ya publicadas las del año pasado en el portal Gencat). Para los jóvenes que quieren iniciar un ciclo superior el próximo curso, la familia profesional también juega un papel importante en la asignación de plazas, que se llevará a cabo en tres rondas durante todo el mes de julio (acceder aquí).

La orientación académica y profesional juega un papel crucial en la reducción del abandono escolar y en la mejora de la empleabilidad de los jóvenes. Según estudios de la OCDE, los adolescentes que participan en actividades de orientación tienen más probabilidades de obtener mejores resultados laborales en el futuro. Además, una orientación efectiva contribuye a una mayor equidad educativa, ya que proporciona a todos los estudiantes, independientemente de su contexto socioeconómico, las herramientas necesarias para tomar decisiones informadas sobre su futuro.

Desde la Fundació Impulsa integramos la orientación académica y profesional dentro de nuestro método de acompañamiento a los jóvenes Impulsers.

La mentoría social, un acompañamiento que transforma vidas

Un cuarto de los jóvenes españoles se siente solo, y el 69% lo ha sentido alguna vez, según un estudio realizado por el Observatorio Estatal de la Soledad no Deseada – SoledadES a jóvenes de entre 15 y 29 años. Los factores que contribuyen a esta soledad son variados y, tal como se pone de manifiesto en el artículo “Jóvenes, pantallas y pedagogía: un triángulo de matices”, las redes sociales y la falta de conexiones interpersonales profundas son uno de los componentes que contribuyen a esta soledad, pero también lo son el estrés académico y laboral, así como los cambios en las estructuras familiares y sociales, que reducen las oportunidades de los jóvenes para establecer vínculos sólidos y duraderos, y se convierten en un desafío que requiere atención y medidas para revertir la situación.

En este contexto, la mentoría social emerge como una respuesta comunitaria efectiva para mitigar los efectos de esta soledad entre los jóvenes. Lo explica la directora de la Asociación Punt de Referència, Rita Grané: “Nosotros, que trabajamos con jóvenes, vemos últimamente que, cada vez más, hay importantes sentimientos de soledad no deseada, y la mentoría rompe estas soledades y relaciona a las personas, crea redes, y esto facilita mucho la inclusión comunitaria”. Una inclusión que tiene efectos directos también sobre el crecimiento humano de los jóvenes, tal como asegura Grané: “Hemos hecho estudios de impacto y sabemos que la mentoría mejora la autoestima y la autoconfianza; y si mejoramos esto, mejoran las expectativas y también el éxito educativo, lo que permite alcanzar un proyecto de futuro y generar una red relacional, con las correspondientes oportunidades que esta red ofrece en muchas ocasiones. Además, hay que tener en cuenta que también supone una mejora en la salud mental, ya que el hecho de saber que tienes una persona a tu lado te aporta equilibrio, y esto te ayuda a poder finalizar unos estudios, porque tienes quien te acompaña a mantener el esfuerzo que supone estudiar…”.

“La mentoría rompe estas soledades y relaciona a las personas, crea redes, y esto facilita mucho la inclusión comunitaria”

Así lo ha vivido Iman, joven mentorada de la Fundació Impulsa: “Recuerdo que tenía una muy mala racha de suspensos en una asignatura y quería dejarla para el año siguiente, pero mi mentora me animó, y sentí que confiaba tanto en mí que pensé que tenía que conseguirlo; puse muchas ganas y al final lo logré. Saber que tienes a alguien que te acompaña y se preocupa por ti hace que no te sientas sola y ayuda mucho a conseguir lo que te propones”, asegura. Unas declaraciones que comparte la responsable psicopedagógica de la Fundació Impulsa, Sandra Llinares, quien pone de manifiesto la importancia de entender la mentoría desde una visión transversal: “El éxito del Método Impulsa se debe al hecho de que entendemos el acompañamiento a los jóvenes de manera global: damos un apoyo económico que ayuda con los gastos de los estudios, pero también estamos muy presentes en el acompañamiento emocional y personal de los jóvenes. Esto lo hacemos a través de la mentoría y también con formaciones para mejorar habilidades importantes, como la organización, la gestión del tiempo o la comunicación. Lo que realmente funciona es que no solo nos centramos en el hecho de que los jóvenes estudien, sino que también los ayudamos a confiar en ellos mismos y a saber afrontar los retos. El equipo técnico es clave en todo esto, porque asegura que el programa mantenga coherencia y calidad, centrándose siempre en las necesidades individuales de cada joven. Todo esto hace que los jóvenes salgan más preparados para afrontar los retos personales y profesionales que se encontrarán en el futuro”. Precisamente por este método, la Fundació Impulsa ha recibido el sello de la Coordinadora de Mentoría Social, que certifica que el programa de mentoría sigue unos estándares rigurosos que aseguran que la relación mentor-joven sea provechosa, tal como explica Llinares: “Contamos con un programa bien estructurado, con objetivos claros para cada joven y para cada relación de mentoría; impartimos mucha formación y acompañamiento a los mentores, para que se sientan seguros y preparados; y evaluamos constantemente cómo evolucionan las relaciones y cómo impactan en los jóvenes, y si algo no funciona, hacemos los ajustes necesarios. El sello avala que trabajamos con una metodología de calidad y con mucho rigor. Esto nos anima a seguir mejorando y ayudando a más jóvenes a construir su futuro”, asegura.

“Saber que tienes a alguien que te acompaña y se preocupa por ti hace que no te sientas sola y ayuda mucho a conseguir lo que te propones”

Justamente con esta premisa también se trabaja la mentoría del Projecte Rossinyol de la Universidad de Girona (UdG). Lo explica su coordinador, Òscar Prieto, quien además destaca la importancia del acompañamiento, especialmente en jóvenes recién llegados. En el caso de los adolescentes que llegan a Cataluña, el proceso de adaptación al nuevo contexto es difícil, y el hecho de tener una persona cercana que genera un vínculo de confianza hace que se sientan más seguros en relación al idioma, y contar con un espacio seguro donde compartir preocupaciones también los ayuda en su adaptación. Desde el Projecte Rossinyol, todo este acompañamiento se trabaja desde una óptica de ocio, ya que el trabajo inicial consiste en generar vínculo, y poco a poco se van introduciendo otros aspectos educativos”, explica. Un vínculo que, a su vez, contribuye a romper estereotipos, tal como afirma Karlos Ordóñez Ferrer, coordinador de proyectos de Mentoría Social de SOS Racismo Gipuzkoa, una de las pocas entidades españolas que cuenta con la acreditación de mentoría social: “Nosotros empezamos a hacer mentoría social en 2014: vimos que en Cataluña ya había proyectos que lo hacían y que tenían muy buenos resultados, y nos pareció interesante nutrirnos de iniciativas como las de Punt de Referència o el Projecte Rossinyol de la UdG, entre otras, para utilizar la mentoría social como herramienta para poner en contacto directo a la población autóctona con la recién llegada, y convertirse así en una herramienta poderosa para romper estereotipos, discursos de odio… Muchos niños y niñas recién llegados viven situaciones de vulnerabilidad en las que sus familias no pueden ayudarles lo suficiente y tienen una sensación de soledad que les dificulta hacer amistades, porque los parámetros, los valores y los elementos de comunicación son distintos. Frente a estas realidades, la mentoría les facilita una vía de comunicación para afrontar situaciones de frustración, inseguridad, y la autoestima es un aspecto que se trabaja mucho a partir de tener este acompañamiento de alguien que no pertenece a su entorno directo, pero con quien se genera una comunicación muy intensa y confidencial que permite al menor contar con un espacio de seguridad”. Esto es así porque, además, la mentoría social, según Ordóñez, también tiene un carácter preventivo: “Tenemos estudios que muestran que los menores que han pasado por programas de mentoría social tienen menos probabilidad de caer en riesgos relacionados con las drogas y un mayor porcentaje de estos jóvenes continúa sus estudios y se plantea cursar estudios superiores”, asegura.

«La mentoría social (…) es una herramienta poderosa para romper estereotipos, discursos de odio, etc…»

Así lo demuestran también los datos facilitados por Punt de Referència, y es que las cifras hablan por sí solas: el 85% de los jóvenes tutelados y extutelados que han recibido acompañamiento y refuerzo educativo por parte de una persona voluntaria se plantea continuar estudiando; el 95% afirma que, gracias a la mentoría, ha mantenido la motivación por los estudios; y el 100% afirma que ha aprendido a sacar mejores notas en trabajos y exámenes. Unos datos de éxito que comparte también la Fundació Impulsa en su ámbito de actuación con jóvenes: el 80% de los jóvenes que acompaña Impulsa se gradúan, el 93% se preinscriben en un CFGS (Ciclo Formativo de Grado Superior) y, según la encuesta Alumni 2024, el 86% de los graduados trabaja, y el 64% desarrolla tareas relacionadas con sus estudios. Unas cifras detrás de las cuales hay historias de superación personal, tal como explica Sandra Llinares: “Para muchos jóvenes con entornos complicados, el hecho de graduarse es un reto enorme que no sería posible sin el apoyo técnico y el esfuerzo de los mentores. Esta red de apoyo es clave para garantizar que los jóvenes puedan construir un futuro prometedor. Sin embargo, el éxito no se mide solo en porcentajes; el éxito también es estar al lado de los jóvenes que no logran formar parte de ese 80%, y cada caso se trabaja de manera personalizada, buscando soluciones adaptadas y conectándolos con otras entidades que puedan ofrecerles apoyo. Acompañarlos, respetar sus ritmos y dejar las puertas abiertas para que, si deciden retomar los estudios, sepan que no están solos, es la definición de éxito de esta iniciativa. Porque el objetivo final es que ningún joven se quede atrás”, manifiesta.

“El 95% de los jóvenes afirma que, gracias a la mentoría, ha mantenido la motivación por los estudios”.

Y con este objetivo se desarrollan los programas de mentoría, que, para tener éxito, requieren una buena planificación inicial, tal como detalla Llinares: “La clave para tener una mentoría de calidad es hacer bien todo el proceso desde el principio. Seleccionamos a los mentores con mucho cuidado. Nuestros mentores tienen ganas de acompañar a un joven y tienen las habilidades para hacerlo: paciencia, empatía y ganas de escuchar. Les damos una formación específica para que sepan cómo acompañar al joven y cómo gestionar situaciones complicadas, y estamos a su lado durante todo el proceso, haciendo un seguimiento tanto de los mentores como de los jóvenes, para asegurarnos de que la relación funcione, que todos estén cómodos, que tejan vínculo y la relación avance”. Así lo ha vivido Berta Baulenas, mentora de una joven Impulser: “Hace seis años que soy mentora en la Fundació Impulsa, y solo tengo palabras de elogio para el equipo que hay detrás, gracias al cual la mentoría se convierte en un pilar muy sólido para apuntalar un propósito que me parece encomiable. Pienso que precisamente el éxito del Método Impulsa es fruto del esfuerzo y la dedicación del equipo que hay detrás, el cual vela por la formación de los mentores, por el acompañamiento y por la profesionalidad, buscando siempre la excelencia. Como mentora me he sentido siempre muy acompañada por parte de Impulsa y pienso que trabajamos siempre por un mismo objetivo. He tenido una profesión en la que siempre me he dedicado a los demás y considero que siempre he recibido más de lo que he dado, y con la mentoría social me pasa exactamente lo mismo: considero que ayudar a los demás es la mayor satisfacción que podemos tener”, afirma. Esto es porque los beneficios de la mentoría son bidireccionales, ya que la mentoría también tiene un impacto en las personas voluntarias que dedican su tiempo a hacer este acompañamiento, tal como asegura Prieto: “Las personas mentoras a veces te dicen que son ellas las que realmente aprenden, y valoran mucho los beneficios que les aporta hacer mentoría: desarrollar empatía, la responsabilidad de tener una persona con quien generar procesos de aprendizaje y acompañamiento, reflexionar sobre las propias incoherencias… Además, hay que destacar que, según diversos estudios, la mentoría se convierte en un elemento transformador: hacer mentoría facilita una ciudadanía más activa socialmente y nos ayuda a crear una sociedad más resiliente”.

La mentoría es una estrategia valiosa para la inclusión social, especialmente para personas en situación de vulnerabilidad. Con el acompañamiento psicopedagógico adecuado, los mentores pueden ayudar a los mentorados a descubrir su potencial, superar obstáculos y construir un futuro más esperanzador. Una realidad que, como reivindica Ordóñez, debería contar con mayor respaldo institucional: “Combatir la soledad no deseada y, por tanto, garantizar el derecho al acompañamiento debería ser un derecho básico universal: la mentoría social está estrechamente ligada a la salud mental, a romper con la soledad no deseada y a cohesionar la sociedad. Es una herramienta que ha demostrado su eficacia y que ofrece buenos resultados. Necesitamos que las instituciones la apoyen para que desde las entidades podamos llegar más lejos. Es clave poder seguir haciendo mentorías de calidad, y para ello necesitamos el compromiso de toda la sociedad”, asegura. Y es que los casos de éxito y los datos rigurosos demuestran que invertir en programas de mentoría no solo transforma vidas individuales, sino que también enriquece las comunidades y la sociedad en su conjunto.

Esbelt, una nueva Organización Impulsora Honorífica con un compromiso sólido con los jóvenes y el territorio

Esbelt, empresa líder en el sector de las bandas transportadoras y con 55 años de experiencia, destaca por su apuesta por la innovación, la sostenibilidad y el compromiso social. Con estos valores, que se alinean plenamente con los de la Fundación Impulsa, Esbelt se suma como Organización Impulsora Honorífica.

Su colaboración pretende mejorar la educación de los jóvenes y apuesta directamente por el futuro talento de su territorio más cercano. De hecho, Esbelt participó el pasado noviembre en el Speed Dating organizado conjuntamente con la OPE Manlleu de este curso 2024-2025. Una acción que tuvo muy buena acogida por parte de los jóvenes, ya que les ofreció una experiencia real para practicar entrevistas y conocer mejor las necesidades del mercado laboral. Para las empresas participantes también fue una muy buena oportunidad. En el caso de Esbelt, uno de los jóvenes que entrevistaron empezará a hacer prácticas en la empresa en las próximas semanas, y es posible que no sea el único.

En este sentido, este no es el primer curso que Esbelt colabora con la Fundación, el curso pasado ya apoyó a Impulsa participando en la campaña de adquisición de ordenadores para los jóvenes de la entidad.

Desde la Fundación Impulsa queremos dar las gracias a Esbelt por su compromiso con nuestro proyecto, poniendo en valor que su aportación contribuye a hacer posible que jóvenes en situación de vulnerabilidad socioeconómica puedan estudiar un Ciclo de Formación Profesional y llegar al mundo laboral en las mismas condiciones.

La Mútua General de Catalunya apoya a la Fundació Impulsa para que jóvenes en situación de vulnerabilidad puedan continuar estudiando una Formación Profesional.

 

La Mútua General de Catalunya ha realizado una donación de 13.700 euros a la Fundació Impulsa, en el marco de su campaña solidaria “1 origami, 1 euro”, que este año ha alcanzado una participación récord. Estos fondos permitirán que más jóvenes en situación de vulnerabilidad puedan acceder a la Beca Impulsa y, por tanto, cursar Formación Profesional y preparar su futuro laboral.

En esta duodécima edición han participado más de 53.000 niños y jóvenes de toda Cataluña, logrando plegar 230.000 origamis, procedentes de 182 escuelas y asociaciones del territorio. Una acción que se ha transformado en 50.000 euros en donaciones destinadas a diferentes entidades sociales: algunas que promueven la investigación médica y otras, como la Fundació Impulsa, que trabaja para fomentar la igualdad de oportunidades entre los jóvenes, ofreciendo formación superior a personas en situación de vulnerabilidad socioeconómica.

Gracias a este apoyo, la Mútua General de Catalunya se convierte en Organización Impulsora Honorífica de la Fundació Impulsa, reafirmando su compromiso con la educación, la equidad de oportunidades y la responsabilidad social corporativa.

Más allá de la donación, esta colaboración tendrá continuidad en el tiempo, ya que la Mútua General de Catalunya organizará una visita para los jóvenes Impulsers a uno de sus servicios de rehabilitación y medicina del deporte, ofreciendo a los becados de la Fundación una experiencia de proximidad con el sector sanitario y posibles salidas profesionales en este ámbito.

La Fundació Impulsa quiere dar las gracias a la Mútua General de Catalunya, y a todos los centros educativos que han seleccionado nuestra Fundación como entidad destinataria de estos recursos. La financiación de la Fundació Impulsa proviene principalmente de empresas que, con la voluntad de contribuir al futuro de los jóvenes, realizan una donación económica a nuestra entidad. Una aportación imprescindible para la sostenibilidad del proyecto Impulsa, y desde aquí se hace un llamamiento a que más empresas se sumen.

«Lo que antes hacían en cinco semanas, ahora con la IA se hace en cinco minutos»

 

#ProtagonistaImpulsa 

Enric Plana, CEO de M47Labs, empresa pionera en el sector de la inteligencia artificial. En su apuesta por las personas y la formación, forman parte de la Fundació Impulsa como Organización Impulsora.

Enric Plana es CEO de M47Labs, empresa pionera en el sector de la inteligencia artificial (IA) que desde 2018 se dedica a ayudar a sus clientes a implementar la IA en distintos proyectos. M47Labs comenzó su trayectoria con dos socios y actualmente cuenta con 180 trabajadores de 25 países distintos. En su apuesta por las personas y la formación, forman parte de la Fundació Impulsa como Organización Impulsora.

¿Podemos decir que sois una empresa relativamente joven? ¿Cómo nace M47Labs?
Sí, realmente somos bastante jóvenes tanto por los años que hace que existe M47Labs como por las personas que formamos parte de la empresa. Empezamos con el tema de la IA antes del boom de ChatGPT y hemos ido creciendo. Yo había trabajado bastantes años en Silicon Valley en grandes empresas tecnológicas y veía que se subcontrataban muchas áreas de tecnología en grandes consultoras que no cuidaban demasiado a las personas y con un conocimiento técnico limitado, y cuando volví a España vi como una oportunidad ofrecer servicios desde una perspectiva más humana.

«Cuando volví a España vi como la oportunidad de ofrecer servicios desde una perspectiva más humana»

¿En qué consiste exactamente vuestro trabajo?
Somos una empresa de servicios de ingeniería centrada en proyectos de IA, y lo que hacemos es ayudar a los clientes a optimizar procesos: por ejemplo, para una conocida compañía de transporte que recibe muchas llamadas de quejas, incidencias y dudas, lo que hace que estén colapsados y no puedan gestionarlo ni dar el servicio que querrían. Desde el punto de vista tecnológico, estamos trabajando en una propuesta para hacer un primer filtro mediante un sistema automático de IA que reduce entre un 50 y un 60% de las llamadas respondiendo a los usuarios. De este modo, las personas que se dedican a la atención telefónica pueden contestar preguntas más complejas que quizás hasta ahora ni siquiera podían llegar a atender.

En M47Labs empezasteis siendo dos socios. ¿Cómo se pasa de dos a 180 trabajadores?
La verdad es que han sido seis años que han pasado muy rápido: hemos tenido unos clientes que han crecido con nosotros y el boom de la IA nos ha ayudado porque nosotros ya estábamos posicionados en este sector. En Cataluña somos de las primeras consultoras en IA y hemos hecho proyectos de referencia. Hemos trabajado bien, ofreciendo calidad y sabiendo adaptarnos a las necesidades del momento; además, hemos crecido orgánicamente. Siempre hemos priorizado el crecimiento sostenible: preferimos hacer las cosas bien que hacer muchas; calidad frente a cantidad. Nos interesa crecer en diferentes sectores, pero no pensamos en cuánto queremos facturar de cada uno de ellos cuando definimos el plan estratégico, sino que ponemos el foco en el proyecto en sí y en el valor que podemos aportar.

Tenéis trabajadores procedentes de 25 países diferentes. ¿Esta diversidad también forma parte del éxito de M47Labs?
Uno de nuestros pilares de trabajo se centra en las personas y en la configuración de los equipos. Creemos que cuanto más diverso es un equipo, más ideas y menos sesgados son los proyectos, porque se tienen en cuenta muchas opiniones, visiones y formas de trabajar diferentes, y eso aporta mucho. También cada proyecto requiere unas cualidades distintas; muchos están relacionados con el lenguaje, y cuando trabajas para una empresa italiana, por ejemplo, además del conocimiento técnico de los ingenieros, necesitas también que dominen el idioma. Es muy importante que la gente que trabaja en una empresa pueda sentirse realizada y se implique en la solución de los problemas de los clientes; el hecho de tener equipos que puedan desarrollarse personalmente supone una cadena de valor que se refleja en el trabajo final. Y este es un enfoque diferente al de muchas grandes multinacionales, que priorizan los beneficios de la empresa por encima de la cultura de valores.

«Tener equipos que puedan desarrollarse personalmente supone una cadena de valor que se refleja en el trabajo final»

¿Qué tenéis en cuenta a la hora de seleccionar a los trabajadores?
Damos mucha importancia a las competencias transversales. Si tienes personas con mucho talento tecnológico pero que no saben trabajar en equipo, por ejemplo, eso repercute negativamente en los proyectos. A la hora de seleccionar al personal y formar los equipos, requerimos unas habilidades competenciales básicas para que los trabajadores estén alineados con los valores de la empresa, como pueden ser la comunicación efectiva, el trabajo en equipo, el pensamiento crítico, la apertura al cambio… A partir de ahí, de las 12 habilidades básicas para la empresa, hay un grupo clave para cada perfil que buscamos.

«A la hora de seleccionar al personal y formar los equipos, requerimos unas habilidades competenciales básicas para que los trabajadores estén alineados con los valores de la empresa»

¿Qué os llevó a apostar por la IA?
Siempre me gusta estar al día, y la IA ya era algo bastante interesante y se le veía mucho potencial. Creemos que la IA es tan transformadora como Internet o como los primeros ordenadores; estamos en una fase un poco embrionaria, pero cada vez se aplica más, y esto es solo el principio. Desde esta convicción, apostamos por mejorar la eficiencia de los procesos empresariales y los proyectos core de nuestros clientes. Es el caso, por ejemplo, de una empresa de seguros a la que estamos ayudando a automatizar el proceso de gestión de reclamaciones: lo que antes hacían en cinco semanas, ahora con la IA se hace en cinco minutos. Esto permite que las personas que tienen la experiencia sobre la aprobación final ahora puedan estar revisando y aportando valor a las reclamaciones más complejas.

¿Esta automatización de procesos mediante IA puede verse también como un peligro?
La IA, cuando se utiliza de manera adecuada, tiene el potencial de capacitar a las personas y permitir que den lo mejor de sí mismas. Por ejemplo, pensemos en un médico de un CAP que tiene que visitar a 40 pacientes en un día, dedicando solo 5 minutos a cada uno. Gracias a la tecnología basada en IA, esos 5 minutos pueden ser mucho más efectivos y de mayor calidad para el paciente. La IA puede analizar muchas variables y ayudar a avanzar parte del trabajo, permitiendo que el especialista se centre en su tarea esencial. De esta forma, la IA no solo ayuda al profesional, sino que también aporta un valor significativo tanto al paciente como al sistema de salud en general.

¿Es esta voluntad de aportar valor la que os ha llevado a ser Organización Impulsora de la Fundació Impulsa?
Siempre intentamos trabajar en proyectos que tengan impacto social. Hace poco que hemos empezado a colaborar con el Hospital del Mar, que tiene un centro de psiquiatría en el que atienden muchos casos de ansiedad, y estamos viendo cómo, a través de nuestra experiencia, podemos ayudarles a revertir la situación, mejorando la interacción y el control de pacientes. Como empresa a la que le va relativamente bien, tenemos el deber de ayudar tanto como podamos; por eso, cuando conocimos el proyecto de la Fundació Impulsa, nos atrajo mucho por el impacto local y tangible que tiene. La educación nos iguala, y cuando las situaciones familiares y socioeconómicas no te permiten tener acceso a la educación, es mucho más difícil salir de contextos de vulnerabilidad. Hay estudios que demuestran esta correlación entre quién finaliza los estudios y quién no, y pienso que la labor de la Fundació Impulsa aquí tiene un impacto muy grande; se hace un trabajo muy eficiente.

«[…] el proyecto de la Fundació Impulsa nos atrajo mucho por el impacto local y tangible que tiene»

Completa la frase. Para ti, en una palabra, la Fundació Impulsa es…
Conocimiento y crecimiento.

La Fundació Impulsa y NOIMA firman un convenio para seguir avanzando hacia la igualdad de oportunidades educativas en La Garrotxa.

La Fundació Impulsa y NOIMA han firmado un convenio de colaboración con el objetivo de promover el acceso a la educación y la formación de jóvenes en situación de vulnerabilidad socioeconómica, e impulsar sus oportunidades educativas y profesionales. El acto, celebrado en las instalaciones de NOIMA, contó con la presencia de las dos firmantes: Andrea Carandell, como presidenta de la Fundació Impulsa, y Sílvia Domènec, como presidenta de NOIMA; acompañadas, por parte de Impulsa, de Rosa Pujols, directora de la entidad, y Jordi Rabat, como Embajador de la Garrotxa; y por parte de NOIMA, de Anna Monells, directora de la entidad, y Àngel Serrat, director técnico.

Este acuerdo establece las bases para una colaboración estratégica que permitirá derivar jóvenes entre ambas entidades según su perfil, la cesión de espacios para la acción formativa de Impulsa en La Garrotxa y complementar el acompañamiento de los jóvenes Impulsers en materia de refuerzo académico. Esto podrá materializarse tanto en forma de jóvenes que acceden al servicio ofrecido por NOIMA, como en el caso de jóvenes Impulsers que ya estén cursando un ciclo formativo de Grado Superior y puedan ofrecer apoyo en este refuerzo desde NOIMA.

Desde la Fundació Impulsa, esta alianza refuerza el compromiso con el trabajo en red y la potencialidad que este ofrece. Colaborando conjuntamente Impulsa y NOIMA, como dos agentes del territorio, se podrá realizar un acompañamiento integral a los jóvenes y maximizar los recursos que se les ofrecen. NOIMA, como Escuela de Nuevas Oportunidades de La Garrotxa, es un gran aliado que nos permite complementarnos en este objetivo compartido de ofrecer igualdad de oportunidades educativas a los jóvenes de la comarca.

La firma de este convenio representa un paso adelante para crear un ecosistema educativo más inclusivo y adaptado a las necesidades de los jóvenes, reafirmando la importancia de las redes de colaboración entre entidades para potenciar el talento y el crecimiento de los jóvenes.

Diez años haciendo caminar la Fundació Impulsa y transformando vidas por un futuro con oportunidades para los jóvenes.

Hace diez años, un grupo de empresarios decidió pasar de la inquietud a la acción. Con una tasa de paro alarmante, jóvenes que abandonaban los estudios y la necesidad de profesionales especializados en oficios, vieron claro que, más allá de su día a día profesional, era necesario emprender una acción conjunta por el futuro del territorio.

Ningún proyecto respondía a sus preocupaciones, pero los contactos profesionales les llevaron a gestar lo que hoy conocemos como un proyecto imprescindible para el futuro de los jóvenes. Así nacía la Fundació Impulsa, una iniciativa que, con amor por el territorio y voluntad de transformar realidades, ha cambiado la vida de más de 650 jóvenes y de sus familias. Y, ¿por qué no decirlo? Ha dejado y sigue dejando huella en toda la red de personas que, de una forma u otra, forman parte de este engranaje. Empezó becando a 16 jóvenes en 2015, y este curso 2024-2025 está becando y acompañando a 340. Y con unos resultados muy positivos: más del 80 % de los jóvenes que pasan por la Fundació Impulsa se gradúan, muy por encima del 50 % en Cataluña. Y todo ello gracias a esta red solidaria de empresas, instituciones y personas que día tras día sigue creciendo y demostrando que, con esfuerzo y colaboración, los sueños pueden hacerse realidad.

 

Los orígenes: Una idea, un propósito, una acción con efecto multiplicador

Carles Cuyàs y Andrea Carandell, cada uno desde su empresa, son dos de las siete almas del Patronato que han hecho posible el sueño Impulsa, una realidad que poco imaginaban tal como la viven hoy. Él ha sido el presidente durante estos diez años y ahora pasa el relevo a Andrea Carandell, hasta hace poco vicepresidenta: “La Fundació Impulsa nació con el objetivo de garantizar que los jóvenes pudieran estudiar Formación Profesional (FP), una vía con un gran potencial para su inserción laboral y social”. Inspirados por valores como el esfuerzo, la constancia y la esperanza, los miembros fundadores comenzaron con pocos recursos, pero con una visión clara: ayudar a los jóvenes a construir un futuro mejor.

Así lo manifiesta Cuyàs: “La Formación Profesional equivale a inserción laboral y social, y cuando ideamos el proyecto de Impulsa potenciamos este camino de entrada a la FP convencidos de que es una vía muy potente para garantizar un futuro profesional a los jóvenes”. Unos inicios austeros que han tenido unos resultados sorprendentes, y es que, tal como explica Carandell, el proyecto arrancó con el objetivo de ayudar a un solo joven, pero en el primer año ya ayudaron a 16.

“Desde el principio tuvimos claro el qué y el quién: queríamos ayudar a los jóvenes a estudiar FP; son el futuro y quienes tienen mayor capacidad de transformar la sociedad. A partir de ahí buscamos el cómo, escuchando a la gente y hablando con los centros educativos, con profesionales y con un conjunto de agentes que fueron construyendo la red que tenemos hoy. Fue imprescindible el apoyo de AUSA Futur, que nos hizo sentir más capaces de sacar adelante el proyecto de lo que nosotros mismos creíamos en aquel momento”, detalla Carandell.

Escuchar las necesidades de los centros educativos, las familias y los jóvenes fue clave para diseñar una estructura sólida, basada en el acompañamiento integral y personalizado: “Al principio no existía una estructura como la que hay actualmente: fuimos desgranando las ideas, buscando ayuda económica y viendo cuáles eran las necesidades de los jóvenes para poder cursar los estudios, como por ejemplo dotarles de un ordenador. Así, entre los miembros del Patronato y todas las personas que se fueron sumando voluntariamente al engranaje, le fuimos dando forma”, explican Cuyàs y Carandell.

 

Impulsa: un método de innovación social

Y es que el éxito de la Fundació Impulsa radica en su modelo único, una combinación de profesionalización e implicación local. El crecimiento exponencial del proyecto en el tercer año permitió contratar a una profesional a media jornada para contribuir a la gestión del proyecto, que seguía alimentándose del voluntariado y, especialmente, en el ámbito de la mentoría, pilar esencial del proyecto en la gestación del Método Impulsa: “Cuando ideamos el proyecto, una de las cosas que tuvimos más claras es que el acompañamiento al joven debía ser transversal. Y partiendo de la premisa de que en los oficios siempre ha existido la figura del aprendiz —que no deja de ser un mentor profesional—, trasladamos esta idea al referente de vida, porque, al fin y al cabo, todos tenemos un referente, y los jóvenes también necesitan poder contar con esta figura. Aquí nace la mentoría de la Fundació Impulsa, en la que fuimos pioneros y que hoy en día, gracias a la profesionalización del equipo psicopedagógico de Impulsa, es también un referente para muchas otras entidades”, asegura Cuyàs.

El equipo psicopedagógico de la Fundació Impulsa y su capacidad de adaptación fruto de la profesionalización nos han permitido innovar constantemente en el método. Uno de los retos que no se planteaban de entrada era que la tarea de Impulsa iría más allá de lo que habían imaginado en un inicio: una beca, un ordenador, una persona mentora… “El día a día nos hizo darnos cuenta de que trabajar con jóvenes implica convivir con sus situaciones personales, conocer bien su entorno de vulnerabilidad y tener la capacidad de darles respuesta. Aquí hemos tenido que ser muy innovadores, y el equipo psicopedagógico ha hecho un trabajo espectacular y lo sigue haciendo. Contamos con 20 profesionales que lo dan todo: son un equipo fantástico que nos ha hecho ser pioneros en el acompañamiento transversal que ofrecemos. Creo que, como Patronato, una de las cosas que mejor hemos hecho es construir este equipo, que es el alma del proyecto”, asegura Cuyàs, que valora su capacidad de adaptación: “La virtud de Impulsa es la metamorfosis que ha hecho, ya que ha pasado de proponerse becar jóvenes facilitándoles recursos económicos a ofrecerles un acompañamiento transversal con itinerarios individualizados. De este modo, jóvenes que no habrían estudiado se han convertido en técnicos cualificados, con valores personales y sociales. Empezamos con unas becas muy homogéneas, porque no teníamos recursos para hacerlo de otra manera. Y, a medida que hemos conocido mejor a los jóvenes, hemos ido perfeccionando el Método y ahora los programas los definimos en función de lo que necesita cada joven”.

 

Crecimiento a todos los niveles
Un proyecto en el que mirarse, que ha crecido no solo en número de jóvenes becados y acompañados, sino también a escala territorial: “Inicialmente buscábamos estabilidad y consolidación, y a medida que empezamos a coger rodaje, nunca nos limitamos y siempre hemos tenido la voluntad de no detenernos, de mejorar constantemente y de llegar cada vez a más jóvenes”, explica Cuyàs, que añade: “Para nosotros ha sido muy importante el crecimiento territorial, para no limitar los recursos. Y aquí ha ejercido un papel relevante la Fundació Nous Cims, que nos dio apoyo en un momento clave para nosotros; pero también las empresas y el sector público que creyeron en el proyecto y siguen creyendo en él”.

Una apuesta también facilitada por la imprescindible figura de los Embajadores y Embajadoras de la Fundació Impulsa, personas arraigadas al territorio y con una trayectoria profesional relevante, que, de forma altruista, acercan el proyecto al tejido empresarial y social: “En los próximos años la figura de los Embajadores pasará a ser aún más presente en la organización de Impulsa, porque, de hecho, son quienes mejor conocen el territorio, y eso nos permitirá detectar con más rapidez las necesidades de cada zona y las oportunidades para captar nuevos agentes para hacer crecer nuestra red. Impulsa es una fundación de país y el método es tan eficiente y solvente que integrarlo en un nuevo territorio es muy productivo en cuanto a resultados, y tenemos que conseguir que esto llegue a todo el mundo”, reivindica Carandell.

Esta carrera de fondo ha permitido que el proyecto de Impulsa sea sinónimo de transformación a muchos niveles: jóvenes que no habrían podido estudiar han conseguido convertirse en profesionales cualificados, con valores sólidos y un futuro prometedor. Todo bajo el paraguas de un modelo referente: los programas de becas y acompañamiento, adaptados a las necesidades específicas de cada joven, se han convertido en un ejemplo de eficiencia, solvencia e innovación.

Un proyecto visionario
Una adaptación constante del modelo que también ha hecho crecer personalmente al Patronato que lo ha liderado y que ahora, mirando diez años atrás, ve en su aprendizaje la esencia de Impulsa: “Con diez años hemos aprendido y crecido: no somos las mismas personas, hemos aprendido a través del esfuerzo y la constancia, que, en realidad, son los mismos valores que queremos transmitir a los jóvenes”, explica Cuyàs con la mirada empañada, mientras asegura que “la Fundació Impulsa aporta una realización personal muy grande e irrepetible. Hemos tenido la oportunidad de ayudar con una forma de hacer que ya es nuestra; hemos sido afortunados de poder hacer crecer este proyecto desde sus inicios. Es realmente emocionante ver que hemos catalizado a tantos agentes en un único foco: el joven.” Y Carandell añade: “Cuando hablas con una persona mentora que sigue viéndose con el joven al que acompañó y que ya no está dentro del programa, y te cuenta cómo la experiencia ha impactado sus vidas, es precioso, es una de las mejores recompensas que podemos tener.” Cuyàs también asegura que: “Es muy satisfactorio saber que formamos parte de la solución a unas problemáticas que detectamos hace diez años y que hoy se han puesto sobre la mesa como problemáticas de país; fuimos visionarios con la necesidad de oficios, de trabajar para reducir el abandono escolar, para reducir la brecha digital con la aportación de un ordenador para cada joven… La anticipación es muy importante, y en Impulsa, como nos acercamos mucho a los jóvenes, detectamos lo que necesitan y nos anticipamos; eso da muy buenos resultados.” Carandell apunta bajo la mirada cómplice de Cuyàs: “Ver el éxito de los jóvenes que pasan por Impulsa es de las mejores cosas que podemos recoger, así como el hecho de saber que, cuando se construyen redes tan grandes con tantos agentes diferentes que reman en la misma dirección, se consiguen grandes resultados. Queda sobradamente demostrada la importancia de aportar granitos de arena. ¡Es muy potente tener una idea y que la puedas hacer realidad gracias a tanta gente que hemos sido capaces de movilizar!

 

Mirada al futuro: nuevos retos, mismas ilusiones
Con el relevo en la presidencia, Andrea Carandell toma el timón con el mismo entusiasmo y determinación que han caracterizado el proyecto hasta ahora: continuar reforzando el método, seguir mejorando el modelo día a día, expandiéndolo a nuevos territorios y reforzando los vínculos con las entidades públicas. Y manteniendo ese firme compromiso con los jóvenes, para que cada uno encuentre las oportunidades que merece para construir su futuro, mientras Impulsa continúa siendo un lugar donde las ideas se convierten en acciones que transforman vidas: “Carles deja un gran legado, sobre todo destacaría su capacidad de captar oportunidades: perseguir las grandes visiones que ha tenido ha hecho crecer Impulsa a todos los niveles. Ha sabido enfocar muy bien la estructura del proyecto para lograr la solvencia del Método. Su pasión, esfuerzo y dedicación nos han llevado a estar donde estamos”, asegura Carandell. Unas palabras que comparte Cuyàs, explicando que dentro del Patronato de la Fundació Impulsa cada uno ha aportado y sigue aportando según su momento vital, y ahora es el de Andrea: “Durante estos años, he sido el referente de Impulsa puertas afuera, y con mi carácter he aportado la imagen de seguridad, solidez y credibilidad que necesitaba el proyecto. Eso era muy importante los primeros años, pero ahora la credibilidad está fuera de toda duda, y Andrea, con su liderazgo, enriquecerá el proyecto, porque ella es pura energía. Su complementariedad encaja muy bien con los tiempos y las necesidades de la Impulsa actual”.

Unas necesidades a las que la Fundació Impulsa dará respuesta en los próximos años, con el mismo empuje e ilusión con que lo ha hecho durante estos diez primeros, y con la seguridad de que lo que vendrá será igual o incluso mejor. Las líneas estratégicas de los próximos años ya están definidas, y ya se está trabajando en ellas: “Veremos una expansión territorial importante: hasta ahora hemos llegado a muchos territorios y ahora toca hacerlo a otro ritmo, y eso se notará. Impulsa estará más próxima a las entidades públicas y se verá que invertir en el proyecto es un éxito asegurado. Además de ayudar a los jóvenes, Impulsa es una oportunidad eficiente y de enriquecimiento del territorio”, afirma Carandell.

Y con esta mirada puesta en el futuro y agradeciendo la implicación de la red de agentes que hace realidad el día a día de Impulsa, Carles y Andrea comparten un abrazo mientras saborean los últimos momentos de este relevo. Conscientes de que, para seguir haciendo crecer este proyecto, será necesaria la implicación de más empresas y del sector público para llevar la ayuda de Impulsa a todos aquellos jóvenes que la necesiten. Y con la convicción de que seguirán remando juntos para afrontar los retos del futuro que vendrán, con el deseo compartido de seguir siendo capaces de emocionar: “Que cuando nuestro entorno escuche la propuesta de valor de la Fundació Impulsa y conozca el proyecto, se emocione como hasta ahora, porque, mientras Impulsa continúe canalizando emociones, será señal de que estamos trabajando con sentido”.

 

 

 

 

 

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