Cero abandono escolar para un futuro con igualdad de oportunidades

La directora general del Alumnado del Departamento de Educación de la Generalitat de Catalunya, Anna Chillida; la directora de Abandono Escolar Prematuro de la Fundación Bofill, Rosalina Alcalde, el director de la escuela de nuevas oportunidades Fundación Albir, Jordi Valldeoriola y la directora de la Fundación Impulsa, Alejandra Manau, explican cómo desde diferentes ámbitos trabajan día a día para reducir el abandono escolar prematuro en Cataluña. 

Más probabilidad de estar en paro, salarios más bajos, menos posibilidades de independizarse, peor salud y, en definitiva, una situación de desventaja en términos de oportunidades laborales y también de desarrollo personal. Así afecta el abandono escolar prematuro (en adelante, AEP) a miles de jóvenes que dejan sus estudios antes de obtener una educación secundaria postobligatoria completa, lo cual se convierte en un fenómeno que provoca la ruptura de trayectorias educativas y de vida de muchos alumnos y afecta también gravemente al desarrollo social y económico del país. Actualmente, Cataluña es la tercera comunidad autónoma con más AEP del Estado español, por detrás de Murcia y de las Islas Baleares.
 

Así lo pone de manifiesto la Encuesta de población activa publicada a finales de enero de 2023, en la que el AEP en Cataluña se sitúa en el 16,9 %, un dato que confirma la directora general del Alumnado del Departamento de Educación de la Generalitat de Catalunya, Anna Chillida: “El abandono escolar prematuro es una preocupación social de primer orden también en el Departamento, porque tiene muchas consecuencias a nivel económico y social para la persona y para el país, y es obvio que es una cuestión que nos ocupa y nos preocupa”. Chillida explica que el Departamento de Educación trabaja para continuar reduciendo el índice de AEP, que ha disminuido en la última década, del 24,2 % de 2012 al 14,8 % de 2022: Se han adoptado medidas de prevención que ayudan a identificar el abandono prematuro del joven y actuar en él. Y también medidas de intervención para dar un recorrido alternativo ante el posible abandono, y de compensación, cuando un alumno se da de baja, para poder ofrecerle una vía de regreso al sistema educativo o una salida profesional”. Estas medidas resultan imprescindibles para cumplir con el objetivo europeo y reducir el abandono por debajo del 9 % para 2030, e implican también poner en marcha de forma urgente actuaciones orientadas específicamente a colectivos más vulnerables, como ya han hecho países como Portugal, Grecia o Irlanda.  

«El abandono escolar prematuro es una preocupación social de primer orden también en el Departamento, porque tiene muchas consecuencias a nivel económico y social para la persona y para el país, y es obvio que es una cuestión que nos ocupa y nos preocupa».

Un reto que persigue incansablemente la Fundación Impulsa. Por ello fue una de las organizaciones convocada a participar en las sesiones de trabajo de la Plataforma Cero Abandono, tal y como explica la directora de Abandono Escolar Prematuro de la Fundación Bofill, Rosalina Alcalde: “La Fundación Impulsa fue una de las primeras entidades que detectamos por el volumen de trabajo que está haciendo y porque trata temas muy afines. Enseguida tuvimos claro que debía estar presente en la Plataforma como agente de presión tanto para visibilizar la tarea que está realizando como para poder aprovecharnos del conocimiento e inspirar acciones y buenas prácticas dentro de la Plataforma”. 

En esta línea, cabe destacar que el Método Impulsa contribuye a evitar el abandono escolar, ya que gracias al apoyo económico y al acompañamiento que se lleva a cabo con los Impulsers, muchos jóvenes con compromiso y motivación, pero en situación de vulnerabilidad socioeconómica, pueden seguir sus estudios. Además, el 80 % de los jóvenes Impulsers terminan los estudios y obtienen un título de Formación Profesional (FP), muy por encima de la media catalana (50 %), un éxito que en gran parte radica en el acompañamiento individualizado. Explica este acompañamiento la directora de la Fundación Impulsa, Alejandra Manau: “Las causas del AEP son multifactoriales, desde la situación socioeconómica de los jóvenes, pasando por el bajo rendimiento académico, el desinterés o la falta de motivación, hasta problemas personales o familiares, entre otros. Conscientes de esta realidad, en nuestro reto de garantizar la igualdad de oportunidades de los jóvenes para que puedan continuar sus estudios, trabajamos para acompañarlos también en todos los aspectos transversales, como la orientación o el hecho de contar con referentes que les guíen en su crecimiento académico, personal y profesional. Asimismo, tenemos claro que es imprescindible un trabajo en red con todos los agentes que contribuyen al desarrollo de los jóvenes. En este sentido, apostamos por la Formación Profesional como itinerario que se adapta a unas necesidades muy concretas de los jóvenes y que, a su vez, les proporciona una salida laboral muy demandada por las empresas”.

«La Formación Profesional […] se adapta a unas necesidades muy concretas de los jóvenes y […] les proporciona una salida laboral muy demandada por las empresas”.  

 Aunque son diversas las actuaciones encaminadas a evitar cronificar y normalizar los niveles de AEP actuales, Cataluña se sitúa al frente del ranking de países europeos, tal y como señala la directora de Abandono Escolar Prematuro de la Fundación Bofill, Rosalina Alcalde: “El abandono escolar es el colofón final de todas las carencias del sistema educativo. Debemos parar y pensar en serio qué modelo educativo estamos ofreciendo a nuestros niños y niñas, porque la situación es preocupante. La parte positiva es haber conseguido visibilizar el problema de la Plataforma Cero Abandono, para evitar que los jóvenes abandonen sus estudios, lo cual puede ayudar a mejorar sus competencias, acabar con la segregación y generar mejores formas de aprendizaje. Sin embargo, para conseguir todo esto, es necesario garantizar la igualdad de oportunidades educativas y el éxito escolar”, afirma. 

«El abandono escolar es el colofón final de todas las carencias del sistema educativo. Debemos parar y pensar en serio qué modelo educativo estamos ofreciendo a nuestros niños y niñas».

 De hecho, una de las medidas importantes impulsadas por esta Plataforma, es la de poder contar en los municipios con datos de AEP, tal y como explica Anna Chillida: “A partir del curso 2023-2024 compartiremos con los municipios los datos del Departamento de Educación, para que estos puedan realizar un seguimiento mucho más cuidadoso con todos los agentes sociales y municipales, y puedan trabajar desde sus servicios complementarios al Departamento. Esto facilitará que el alumno potencialmente abandonador o que ha abandonado pueda reorientar su futuro y que las acciones en esa dirección sean coordinadas y vayan en la misma línea. Creo que el gran cambio imprescindible está en el trabajo en red con el territorio y esta compartición con los municipios puede ser de gran ayuda”.  

 Y es que, según Chillida, una de las claves para reducir el AEP radica en el acompañamiento a los jóvenes: “Pienso que la clave es la orientación personal y que, una vez que los jóvenes se conocen a sí mismos, el sistema pueda dar respuesta a esta orientación también a través de la orientación educativa. De ahí también la importancia de personalizar los itinerarios: deben ver que el sistema educativo los conoce y que les ofrece lo que necesitan. Y, obviamente, aquí la FP y todos los itinerarios complementarios que permiten personalizar y flexibilizar la educación son una gran apuesta. De hecho, por eso en los últimos años también hemos luchado por revertir los prejuicios de estos estudios y la FP es justamente una de las prioridades a revertir en esta legislatura”, asegura. 

Un ejemplo más de este acompañamiento personalizado es el que hace la escuela de nuevas oportunidades Albir, especializada en impulsar actuaciones educativas y profesionalizadoras para personas adolescentes y jóvenes que, por su situación personal y de recorrido, necesitan una alternativa diferenciadora a la enseñanza reglada. Lo explica su director, Jordi Valldeoriola, que pone de manifiesto la importancia de dar respuestas personalizadas a realidades muy diversas “Creo que el abandono escolar prematuro es el principal reto educativo que tiene nuestro país; es necesario reconectar jóvenes que ven severamente comprometida su educabilidad a consecuencia de diversas cuestiones relacionadas con su contexto y que condicionan sus itinerarios formativos. Para combatir esta situación, es necesario elaborar respuestas educativas largas y flexibles como las que dan las escuelas de nuevas oportunidades. Es totalmente fundamental garantizar el éxito educativo de estos chicos y chicas si queremos tener una sociedad cohesionada y próspera; la exclusión educativa se transformará en exclusión laboral y social, y esto es sinónimo de una sociedad desigual y poco equitativa. Las circunstancias de estos jóvenes son muy singulares y no hay ‘recetas mágicas’, sino que es necesario personalizar e individualizar este acompañamiento y la orientación personal y formativa”, sentencia. 

«Es necesario elaborar respuestas educativas largas y flexibles como las que dan las escuelas de nuevas oportunidades. Es totalmente fundamental garantizar el éxito educativo de estos chicos y chicas si queremos tener una sociedad cohesionada y próspera»

El reto al que se enfrenta Cataluña en la reducción del abandono escolar prematuro es mayúsculo, pero actualmente existe un consenso social y político amplio en torno a esta necesidad y la de garantizar que todos los jóvenes tengan las mismas oportunidades de disfrutar de un futuro de calidad. La Fundación Impulsa, con su labor diaria, continuará dando oportunidades de futuro a los jóvenes para que accedan al mundo formativo y laboral en igualdad de condiciones que el resto y, trabajará de forma transversal con otras entidades, organizaciones e instituciones para reducir el AEP, y construir una sociedad mejor para el mañana.